El cuerpo de Mía fue sacudido con fuerza por Jesse en la espera de que ella despertara.— Despierta. Mierda.— Los ojos de Mía se abrieron con lentitud, en su cuello comenzó a sentir una sensación de dolor y picazónZ
— levántate, tenemos que irnos.— con dificultad Jesse ayudo a Mía a la salida, sus manos cargaba al niño. Mia observó el suelo que tenía sangre por todas partes, siguió el rastro rojo encontrándose con el cajero aplastando la cabeza del hombre y a la mujer recostada en el sillón.
— toma.— Jesse le entregó al niño cuando ella se encontraba más estable. El mantenía sus ojos cerrados mientras se aferraba al cuello de Mía.
Salieron del hogar con rapidez. Mía se detuvo unos segundos y miró Jesse. Los dos se miraron con pena y tristeza al saber que tendrían que dejar al pequeño en aquel lugar.
— Lo lamento.— Mía se disculpó con el cuando ella lo dejó en uno de los escalones y el pequeño no quería separarse de ella.— no entres a la casa, ¿si?— cubrió su cuerpo con la manta que lo envolvía.
Dejo un beso en su frente y acaricio su cabello una vez más.
— que te vaya bien el resto de tu vida, Niño.— con esas palabras Jesse se despidió del infante. Mia podía escuchar las sirenas de las patrullas acercarse. Los dos caminaron hasta el auto. Jesse abrazo a Mia que lloraba desconsoladamente tratando de callar su llanto con la parte trasera de su mano.
Mia cubrió su rostro con sus manos cuando Jesse comenzó a conducir. Limpio las lágrimas de sus ojos mientras controlaba su respiración.
— ¿por lo menos conseguiste el dinero?.
— si.
Ella asintió y regresó la vista hasta la carretera. Sus ojos lagrimeaban cada vez que recordaba al pequeño Niño y aquella situación que acaba de suceder. Un hombre muerto sobre sus ojos.
— ¿Tu lo mataste?.
— No.— Jesse le respondió con la mirada en el camino.— Fue ella.
Un suspiro de alivio salió de sus pulmones. Bajo el espejo del asiento del copiloto y observó su cuello. Marcas rojas y moradas que no se quitarían en un día o dos.
— pude haber muerto.— Mía dijo en voz alta para su misma.— Esta es la segunda vez.
— lo sé.
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La puerta de la casa de Jesse fue abierta por el mismo dándole entrada a Walter. Mia se mantuvo acostada en suelo en posición fetal.
Su cabello se encontraba húmedo debido a la recién ducha que Jesse había insistido que tomaran con la excusa que se sentirían mejor.
— ¿Jesse Jackson?— Pregunto el mayor de los tres cuando Jesse se sentó junto el cuerpo de Mía que mantenía los ojos abiertos, pero perdidos en un punto de la habitación.
Jesse después de una pequeña discusión con Jesse tomó su pipa y comenzó a fumar. Walter arrebató el objeto de las manos de Jesse con enojo.
— oiga, deme mi... démela.— Jesse demandó.
— Te la rompo. ¡Te la rompo!— Walter amenazo alejando de ella.— malditos drogadictos. ¿Es lo que estaban haciendo... mientras intento hablar con ustedes?.
— No. nos hemos ocupado de cosas.
— ¿De que cosas?.
— ¿De que cosas?— Jesse pregunto enojado.— De eso que nos encargamos. Idiota. ¿Que, ya se le olvidó?.
Jesse camino hasta la cocina y de uno de los cajones saco su arma.— Este asunto. ¿Le refresco la memoria? hijo de puta.
— ¿no habrás...
— Dijiste... me dijo: "encárgate" y fue lo que hice.
— me refería a que les metieras miedo y los intimidaras. Que recuperas el dinero. No que...
— ¿No querías que matara a nadie?.
— ¡No!.
— Pues ya es tarde, el tipo esta muerto.
Walter observó a Mia que se encontraba en la misma posición. Walter encendió la luz y observó el cuerpo de Mia que era cubierto por una camiseta de Jesse y su ropa interior.
— ¿Que le paso?— Walter se agachó y tomó la cabeza de Mia observando con atención su cuello. Ella no puso alguna resistencia, su cuerpo no estaba rígido por lo que Walter tuvo que sostener la cabeza, su piel pálida por los días que su piel no había tomando luz del sol, y sus ojos rojos rodeados con ojeras.
— Casi la matan.— Jesse le informó.— por segunda vez. Pero, Hey, aquí está tu dinero. Supongo que lo demás no importa.— Jesse le lanzó el fajo de billetes mientras empujaba a Walter lejos de Mía. El acomodo su cabeza en una de las almohadas y la cubrió con una de las cobijas.— 4660 dólares. Su parte. Que se lo gaste en salud, hijo de puta miserable.
Walter camino hasta la barra de la cocina, tomó el arma y sacó todas las balas. Un total de cinco salieron del pequeño artefacto. Walter observó a Jesse que mantenía la mirada en el suelo.
— No dije que yo lo maté.
— Dime lo qué pasó.
Después de una larga explicación Jesse abrazo el cuerpo de Jesse antes de regresar a dormir.
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Sober || Breaking Bad
FanfictionCuando una chica decide vender metanfetamina estado un año sobria.