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Mia se encontraba en casa de Jesse cómo era lo usual desde los últimos días. — Estamos muertos.— Jesse exclamo con nervios. — Muertos, no se como vamos a...
— Son conjeturas.
— ¿Conjeturas?— Mia y Jesse preguntaron a la par.
— Y no nos ayudan. Hay que hablar de hechos primero.
— Bien, genial. Primer hecho: Anoche sino el teléfono ocho veces y colgaron. Segundo: a las 3:00 de la mañana vi ese Caddy por mi barrio.
— Si quisiera nos hiciera matado en el desguace.— Walter trato de calmarlo.
— ¿Que es eso, conjeturas?— Jesse grito.— ¿Se basa en que piensa de forma normal y racional o que?. ¿No lo vio golpear a ese sujete hasta matarlo por nada?. Y como... como nos miraba fijamente... diciendo "Ya terminaron". "¿ya terminaron?"— Jesse pregunto una vez más. — ¿Sabe que significa? Se lo diré. Significa exactamente lo que parece, viejo. — claro. Somos testigos. Somos cabos sueltos. Ahora Tuco está pensando: "Si, oye... hacen buena metanfetamina pero, ¿son de fiar?". ¿Que pasará cuando decida que no?.
Mia paso su mano por su frente mientras que su pie golpeaba fuertemente los pisos de madera de la casa de Jesse.
Todos se quedaron callados por varios segundos. Jesse se acercó a uno de sus cajones de la cocina y saco un revólver, dejándolo sobre la isla.
— No. — Walter le dijo.
— O el o nosotros. ¿Lo entiende? ¡O el o nosotros!. — Le gritó en su cara.
Mia solo escuchaba y observaba la situación.
— ¿Como lo harías?.— Walter le cuestiono.
— ¿A que se refiere?.
— Quiero detalles, ¿como lo harías?. Paso a paso.
— De acuerdo,— Jesse tomó el arma.— Digamos que montamos una última venta. Eso suponiendo que no decida liquidarnos antes. Siempre que llevamos un lote. Prueba el producto, ¿no?. Pues cuando baje la cabeza para aspirar, yo: ¡Pa, pa, pa!.— Jesse imito el sonido del arma.
— ¿Tres disparos?.
— Tres disparos o no se, dos.
—Espera, ¿dos o tres?.
— Con dos bastaría, supongo.— Jesse respondió.
— Bien, dos tiros. ¿Dos en e pecho o en la cara?.
— Walter, para.— Mia pidió acercándose a ellos.— Creo es suficiente.
— Solo quiero saber como lo va a hacer.— Walter respondió. — De acuerdo. Bueno, vamos a dejar eso. Ahora tenemos al grandote, Gonzo... que vendrá por ti, ¿no?.
