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Walter y Jesse escarbaron con sus manos un agujero en la tierra para poder esconder el arma que Mía tenía en sus manos

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Walter y Jesse escarbaron con sus manos un agujero en la tierra para poder esconder el arma que Mía tenía en sus manos. Ella lanzó al agujero y ellos la cubrieron con tierra.

Parecía que llevaban caminando horas por debajo del caliente sol del desierto de Nuevo México. La cabeza de Mia comenzaba a doler debido a las grandes temperaturas.

Jesse incluso se había quitado su gran sudadera. Cuando al fin llegaron a la carretera estuvieron esperando a que algún camión o transporte pasará.

— por favor.— pidieron mientras alzaban su brazo. La camioneta se detuvo frente a ellos.

— Es un plan atrevido, señor White.— Jesse le dijo mientras tomaba su mano. — ¿seguro que es lo mejor?.

— si.

Mia y Jesse se quedaron parados mientras que Walter subía al auto. Jesse dejo su sudadera en el suelo dándole un asiento a mía.— Siéntate.

Mia le obedeció y cayó rendida sobre el gran pedazo de tela. Jesse se sentó junto a ella y tomó su mano.

— Sabes que casi morimos, ¿verdad?— Mía pregunto mientras quitaba el cabello de su rostro. Jesse asintió mientras se recargaba con sus brazos.— Y en este tiempo en el que casi perdimos nuestras vidas.— Mía lanzó una pequeña piedra hacia enfrente.— Me di cuenta que quiero estar contigo, Jesse.

El sonrío ligeramente mientras comenzaba cortar pequeñas plantas a su alrededor.— Yo también, Mía.

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Habían pasado días desde el incidente con Tuco. Nadie había venido a buscarla, y tampoco tenía noticias de Jesse o Walter, que sin duda habían tenido peores consecuencias, mientras que ella sólo deshidratación y el cabello bastante quemado.

Mia tomó la bolsa donde guardaba el dinero y comenzó a contarlo. 60 mil dólares en efectivo se encontraba sobre la mesa.

Comenzó a hacer varias pilas sobre la mesa. Los gastos actuales de Hannah junto con sus medicinas y ella, para después separarlos en ropa para la pequeña y su educación.

Ella sonrió al momento de ver todos sus gastos llenos e incluso un poco más de la cuenta. Vender metanfetamina no era algo que le enorgulleciera, pero ella haría lo que tuviera que hacer, para Hannah no viviera una vida como la de ella y que ella si pudiera estudiar una universidad.

Ella principalmente lo hizo por Hannah, por lo que algunas veces entendía la desesperación de Walter por recaudar el mayor dinero antes de morir, pero no yo moriría.

Mia era una persona que algunas veces no demostraba lo que sentía, pero eso no significará que no tuviera sentimientos, a ella le importaba como estuvieran Jesse y Walter, a pesar de todo son compañeros de trabajo y han pasado por demasiadas cosas en muy poco tiempo para el gusto de Mía.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por su teléfono que comenzó a vibrar en su pantalón.

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Mia entro al a la tienda de la gasolinera, rodó los ojos cuando vio a Jesse y a Walter separado por uno de los estantes.

Ella camino hasta las cosas de bebé, que era lo más cerca que podía estar de los dos.— son unos idiotas.— Susurró cuando se acerco.

— ¿Tienen una idea mejor?.

— Bien. Da igual.— Jesse respondió.— Bueno. ¿Cuando... ya sabes?.

— por ahora nada. Nada de cocinar hasta que todo se calme.

— ¿calmarse? Pero si tú dijiste que nada había cambiado.— Jesse le dijo.

— Mi familia paso por un calvario... que están empezando a aceptar, ¿si? No puedo...

Mia se acercó a Jesse al momento que vio que sus manos tomaron una revista donde se encongaban varias mujeres en paños menores. La arrebató entre sus manos y la dejó en el estante nuevamente, y le entregó un paquete de pañales.

Una mujer se acercó a Jesse y Mia, por lo que ella tomó una revista de maternidad y comenzó a ojearla.— Me gusta ese.— Jesse apunto al conjunto negro con calaveras para niños. La mujer los miró con una sonrisa y una cara enternecida, Mia se incómodo y jalo la mano de Jesse para después caminar unos pasos más alejándose de la mujer, mientras que Walter los seguía discretamente.

— Escuchen, no puedo salir de mi casa... más de 20 minutos sin que mi mujer se preocupe. Necesito tiempo para arreglar esto.

— Bien, y mientras lo arregla, ¿que hago yo, eh?— Jesse pregunto.— Su puto cuñado se llevó todo mi dinero.

Walter le extendió un sobre, Jesse lo tomó discretamente. — Hay 600 dólares.

— Bien, ¿y el resto?.

— ¿El resto de que?

— El dinero.

— El tercio de todo ese dinero es mío. Socios a tercios, es nuestro lema.

— ¿Y que significa eso? ¿Que tenemos que pagar tus descuidos?.

— usted quiso trabajar con Tuco. De no ser por eso, nada de esto habría pasado.

Un policía entró a la tienda haciendo que ellos se callaran.— Tranquilo hablemos más tarde, ¿si?. Por ahora, no me llames. ¿Estamos?.

Jesse y Mia estaban por salir, pero Jesse los detuvo.— Yo me voy primero.

Mia camino por los pasillos siendo seguido por Jesse.— Puedo ayudarte.— Mia comenzó a tomar cosas que necesitaba en su casa. Jesse la observó,— Puedo darte de mi dinero, solo tienes que convencer a Walt.

— no quiero tu dinero.— Jesse le dijo. Haciendo que ella lo mirara.— No voy a quitarte tu dinero, Mía.

— ¿y por que a Walter si?— Mia pregunto tomando un algunos productor de limpieza.

— por que es un idiota.

— puedes contar conmigo Jesse, con todo lo que necesites.

Sober || Breaking BadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora