Capítulo 16: Promesa

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Después de la aventurada velada Hanna volvió a su casa

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Después de la aventurada velada Hanna volvió a su casa.

Decidió hacerlo sin él, se levantó temprano cuando el sol aún no salía por completo, apenas pardeaba el horizonte. Tomo sus cosas apresuradamente y.... sin dar explicaciones se fue del apartamento. Tenía la esperanza de llegar a tiempo a casa, existía una pequeña posibilidad de que su madre se hubiese quedado dormida antes de la hora acordada, de que no hubiera revisado su celular a mitad de la noche y por lo tanto no estuviera enterada del escándalo que ella protagonizó.

Hanna rezó porque su madre estuviera aun descansando, si la veía llegar con el vestido oliendo a alcohol, el pelo enmarañado y el labial corrido le daría un paro cardiaco, literalmente. Jamás lo había comprobado... pero cada vez que salía de noche la señora Margaret le insistía "Me va a dar un paro" con tal de hacerla entrar en razón.

Un taxi la llevó por la ciudad hasta llegar a su casa; el sol ya se hacía ver en lo alto del cielo, no quedaba rastro de las estrellas que había dejado minutos antes, la puerta se encontraba abierta cuando el auto se detuvo en frente. Su madre recogía el periódico de esa mañana, un ejemplar del "estelar", le dio una repasada a la portada, su rostro enrojeció consternado, una de sus manos se dirigió a su pecho... y después, una de sus cejas se alzó molesta... e inesperadamente la vio bajar del taxi.

Desmond despertó más tarde de lo habitual; a pesar de sufrir de insomnio, esa noche había descansado como nunca, ni una vez había escuchado el rechinar del viento contra la ventana

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Desmond despertó más tarde de lo habitual; a pesar de sufrir de insomnio, esa noche había descansado como nunca, ni una vez había escuchado el rechinar del viento contra la ventana... o el celular vibrando. Su alarma no lo había despertado como era común, y no había recibido ninguna llamada.

Lo primero que notó fue la ausencia de la chica en su habitación, la buscó en el baño y en la cocina cuando finalmente se dio cuenta de que se había ido. Encontró su celular en la mesilla de la sala, apagado... por eso nadie había interferido con su sueño.

En cuanto lo encendió estalló; tenía más llamadas de lo normal, mensajes de su familia, de la oficina, tenía mensajes de periodistas y muchas menciones en Twitter. Le disgustó no tener ninguna explicación de ella, pero no tuvo tiempo de enfadarse puesto que un mensaje resaltó de entre los demás.

El sonido de tu alma (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora