Capítulo 97:

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Narra Adrien:

— Y recuerda que la función se curva hacia arriba si el primer término...

Giré mi vista hacia el reloj y todavía faltaban veinte minutos para que terminara este infierno y empezara uno nuevo.
 No soporto más esto, el corazón se me va a salir del pecho.
 Siento el impulso de salir corriendo, de desaparecer de la vista de todos por unos instantes.
 Escucho al profesor regañarme, sacándome de mis pensamientos y provocando que mi paciencia disminuya de manera considerable.
 Pongo mi atención de forma parcial, mi mente se mantenía centrada en lo que le diría a mi padre, en lol que me dirá el a mí, y en cómo actuaré ante cualquier situación posible.
 No puedo dejar de mover mis pies y mi corazón se siente como si tuviera un peso encima que no lo dejara funcionar bien.
 Pasan mil años hasta que las palabras del profesor me sobresaltan, diciéndome que la clase había terminado.
 Pensar en lo que sigue ahora me deja paralizado en el lugar mientras se forma un nudo en mi estómago.
 Todo esto ya está haciendo que mi cuerpo duela después de tantos días así.
 Vi a Nathali entrar al salón.

— Adrien, tu padre te espera en su oficina en quince minutos.

 Sentí un baldazo de agua fría y plomo en el cuerpo, sólo me quedé mirando hacia el suelo.
 Lo siguiente que sentí fueron unas manos en mis hombros, presionándolos con cuidado y haciendo que levante la cabeza. Nathali me miraba con tranquilidad.

— Tranquilo, no te preocupes. No sucederá nada malo, y recuerda que estaré a tu lado si necesitas algo.

 Sólo logré asentir y pude levantarme para seguirla.
 Por alguna razón , cuando llegué a la mitad de las escaleras, mi mente se quedó en blanco, resignándose a lo que seguía.
 Sentí mi cuerpo desagradablemente liviano, no podía centrarme en los latidos de mi corazón, como si no estuvieran, y eso me asustaba aún más.
 Llegué a la gran puerta blanca que llevaba a la oficina. La abrí con resignación y, dándole una última mirada a Nathali que se quedaría afuera, entré.
 Y me quedé sólo en ese frío lugar, a excepción de mi padre, que tenía su mirada fija en los papeles de su escritorio.
 No me pude mover un solo paso, y lo único que se escuchaba era el reloj marcando los segundos y el bolígrafo rayando con rapidez y firmeza en las hojas.

— Toma asiento.

Obedecí rápidamente a su orden y me senté frente a él de forma tensa, esperando los regaños por los problemas con la prensa y el escándalo que hubo.
 Y esperé, esperé a que hablara, a que hiciera algo que no fuera escribir. Me pareció una eternidad.
 De la nada dejó su bolígrafo a un lado y me miró, inexpresivo, pero no hubo ningún grito o reproche.

— Tengo que terminar con este papeleo para mañana, así que tenemos medida hora como mucho.
 >> Dijiste que querías saber el porqué te alejo de todo eso, ¿no?

— Sí, quiero saber cuál es el problema de que esté con un chico. El porqué te desagrada la gente...— De repente me interrumpió, haciendo que mis nervios se incrementaran.

— Nunca dije que tuviera algo en contra de este tipo de relaciones, cada persona es libre de hacer lo que quiera. Pero la situación cambia contigo y tu imagen.

 Imagen...
 ¿Qué?

— ¿Qué...? ¿Cómo que imagen? No te entiendo.

Me tensé más en mi lugar al escuchar un suspiro de su parte que podría denotar molestia.

— Adrien, a ti te conoce todo Perís, todos sabrían de tu relación...

— ¿Y qué tiene?— Esta vez lo interrumpí yo.— Acabas de decir que cada persona puede vivir su vida como quiera.

El Otro Talento de Nathanaël. AdrieNath (Yaoi-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora