CAPÍTULO 11

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La cabeza me duele cuando me despierto. Estoy abrazada a mi hermano, con mi pijama y un moño. Me pasé casi toda la noche llorando y él estuvo para mí ,como siempre.

– Buenos días.-le digo cuando abre los ojos.

– ¿Cómo estas?

– Me va a explotar la cabeza.

– ¿Quieres que vaya a por una pastilla?-niego.

Mi hermano me acaricia el pelo y yo cierro los ojos intentando dormirme otra vez.

– Creo que voy a salir a correr.-me levanto de la cama y camino hasta mi vestidor.-¿Quieres venir?

– Tengo entrenamiento.-cierto, Keeneth me lo dijo ayer.

Cojo mi ropa de deporte y antes de que mi hermano se vaya le digo:-¿Podrías disculparte con Keeneth por mí?-asiente, besa mi frente y sale de mi cuarto.

Entro en el baño y me miro en el espejo. Estoy horrible. Mis ojos están hinchados y rojos, debajo de ellos hay unas grandes ojeras. Me lavo la cara esperando que mejore, pero sigo viéndome horrible. Me lavo los dientes y me recojo el pelo en una coleta alta. Me pongo mi ropa de deporte y mis zapatillas.

Bajo las escaleras, todos están desayunando.

– Buenos días.-beso la mejilla de mis padres y abrazo a mis hermanos.

– ¿Quieres desayunar?-pregunta mi madre.

– Me voy a correr , luego como algo.-digo mientras salgo de la cocina.

– ¡Pero come algo luego!-grita mi madre desde la cocina.

– ¡Te lo prometo!-cierro la puerta detrás de mi.

Corro y trato de olvidarme de la noche anterior, pero me es imposible. Ni si quiera baile con mis amigas, no me divertí, no me lo pase bien. Cuando hable con Keeneth me sentí fatal, siempre le eche la culpa y no me preocupe por saber como se sentía. ¿He sido egoísta?Quizás. Le deje besarme pensando que se acabaría ahí, pensé que después de eso me divertiría, pero no.

Con Zack todo va de mal en peor. No quería perderlo de vista, pero sabía que tenía que hacerlo. Es peligroso y eso no me va a traer nada bueno. El día de mi cumpleaños sentí que todo había acabado, después de lo que me dijo,de que admitiera que solo quería acostarse conmigo, pero aún así lo espié el resto de la semana por la ventana. Todos los días cuando él salía de casa me sentaba en el sofá de mi cuarto mientras escuchaba música, leía o cantaba , y cuando volvía, siempre lo hacia con Betta. Antes de ayer me dije a mi misma que tenía que dejarlo pasar, él no me había buscado, había cumplido con su palabra, y conseguí dejar de pensar en él por dos días. Luego lo vi en la fiesta con Betta en su regazo y todo se me vino encima. Los había visto muchas veces por la ventana, pero no es lo mismo que tenerlos tan cerca.

A Cameron lo vi varias veces más antes de la fiesta. Me di cuenta que algunas veces traía a Klara del colegio, o simplemente visitaba a Zack. Cuando en la fiesta me entregó el collar y vi la Z me emocioné. Pero luego recordé todo lo que había pasado, lo que me había dicho y decidí que no podía aceptarlo. Hice mal en ir a dárselo a Betta, debería habérselo devuelto a Cameron, pero el enfado me pudo y me puse delante de él mientras le daba su regalo.

En el baño ya no podía más. Me aguante las ganas de llorar toda la semana, y ayer ya fue demasiado. Lloré por todo lo que me había pasado, sin saber que se vendrían todavía más cosas. Creí a Cameron cuando llamó a la puerta, otro gran error, y Zack pasó. Volvió a decirme que era suya y yo como tonta lo enfrente. Celos y toxicidad. Eso es lo que él emana. Solo nos hemos besado y ya se piensa que puede reclamarme como suya. Que puede evitar que Keeneth me toque o tan si quiera se acerque a mí. Pero cuando yo intento hacer lo mismo con Betta, es como si una bomba dentro de él explotará, se enfada conmigo y acabamos discutiendo.

Hell  [DISASTERS#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora