- Con cuidado, no queremos que se te abra la herida.-odio que me digan lo que tengo que hacer, pero tienen razón. No quiero volver al hospital, y solo por eso hago caso a mi madre.
Llegamos a mi habitación y mi madre abre la puerta. Me ayudan a echarme en la cama.
- Zack, ¿puedes acercarme ese cojín?-mi chico se mueve rápido por la habitación y me coge lo que le pedí. Le sonrío en agradecimiento.
- Iré a preparar algo de cenar antes de que tenga que irme.
- Mamá, puedes coger ese avión tranquila.
- Tranquila, Elsa. Yo me encargo de ella.
- ¡Eh!Qué no tengo dos años.-me cruzo de brazos y oigo las risas de mis acompañantes.
Mi madre se despide de nosotros después de besar mi mejilla ochenta veces. Tiene un viaje de trabajo a Los Angeles, y después de tener una charla de más de dos horas, la he convencido para que vaya.
Los tres últimos días desde que salí del hospital han sido raros. Para empezar, mi casa estaba llena de policías cuando llegue, me hicieron varias preguntas y después se fueron. Mis padres están más sobre protectores que nunca y mis hermanos han dejado de pelearse para cuidar de mi. Y luego esta Zack, lleva desde que desperté raro. Sé que se hecha la culpa de lo que me ha pasado pero, vamos, el me advirtió que podría pasar, y aún así decidí quedarme en su mundo.
- Hey.-susurro. Zack se ha quedado mirando hacia mi vientre.-Deja de pensarlo tanto, no fue tu culpa.
Levanta la vista y la fija en mis ojos por un segundos. Niega con la cabeza y se echa boca-abajo en la cama, a mi lado. Me giro y acaricio su pelo.
- Podía haberlo evitado si hubiera llegado diez minutos antes. O tan solo si te hubiera cogido el teléfono.-lo interrumpo.
- No, Zack. Deja de torturarte con lo que pudiera haber pasado si hubieras tomado otra decisión, eso ya no importa. Estoy bien, mírame, estoy bien.-coge su cara en mis manos.
Aparta la mirada de mis ojos y se echa de nuevo, esta vez pasa su brazo por mi cintura y me atrae hacia él.
- Lo siento. Lo siento tanto, bonita.-entierra la cara en mi cuello y deja un pequeño beso-Te juro que cuando lo encuentre va a pagar por todo. No volverá a haceros daño, lo prometo.-asiento y después dejo un beso en sus labios.
- Te quiero.-susurro. Sonríe y vuelve a besarme.
- Me está empezando a doler el cuello.- Cassidy se queja desde mi cama.
Desde que conseguí ponerme de pie no puedo parar quieta en un sitio, mucho menos hoy.
Hace dos semana que llegue a casa, dos semanas desde que Shawn me dispararó. Hoy por fin es el día, dentro de unos minutos, unas horas como mucho, debería recibir una llamada de Zack diciendo que Shawn está entre rejas, que nada más va a pasarnos y que podemos dejar de tener miedo de que algo más pase.
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Hell [DISASTERS#1]
Teen FictionAcostumbrada a vivir en el cielo, ¿estará preparada para bajar a los infiernos por él? Primer libro de la saga DISASTERS.