Hell [DISASTERS#1]

CAPÍTULO 2

La hora del almuerzo llega y salimos hacia la cafetería para reunirnos con mi hermano y sus amigos.

Si, puede parecer que mis hermanos y yo nos odiamos, pero muy en el fondo sabemos que nos necesitamos más de lo que decimos. Al principio me costaba hacer amigos, era una persona tímida, y por esa razón llevo almorzando con él y su amigos desde que empecé el instituto, poco después sus amigos se convirtieron en los míos y ya hacemos todo juntos.

– Odio química.-dice Lucas sentándose en la mesa.-¿Para que quiero saber todo eso si lo mio es el fútbol?

– Pienso igual, no necesito saber eso.-añade mi hermano.

– Y por eso seguiréis siendo estúpidos el resto de vuestras vidas.-digo yo y todos estallamos en carcajadas menos los dos susodichos.

– No lo hubiera dicho mejor.-me dice Daniel y chocamos los puños.

– Enana, no te pases, sabemos donde vives.-amenaza mi hermano.

– ¿De verdad crees que papá van a dejar que me hagas algo?Podrás ser el orgullo de papá pero nunca serás su preferido.-vuelvo a atacar y todos ríen esta vez.

Mi hermano me mira fijamente y sé que está maquinando algo por la forma en la que muerde su labio inferior. Es algo que heredamos de mi madre, todos lo hacemos.

– Brook, no.-digo al ver sus intenciones, pero ya es tarde por que se levanta y me coge como si fuera un saco de patatas.

Sale de la cafetería conmigo al hombro mientas todos nos siguen. Yo no paro de patalear y atestar le golpes en la espalda pero parece no doler le por que no se inmuta.

– Hola Malcom.-dice él bajándome justo delante del chico moreno que me gustaba en el colegio.- Mi hermana quería invitarte a salir pero como ya sabes es muy tímida y le da vergüenza, ¿que opinas?

Malcom, que estaba besándose con una chica pelirroja llamada Julliet, su novia, me mira con confusión.

– Me las vas a pagar.-le susurro a mi hermano cuando este se aleja riéndose.- Bueno pues, veo que ya tienes novia así que mejor me voy.-digo incómoda.

Salgo casi disparada de allí y me acerco hacia donde está mi querido hermando pegándole un golpe en la parte de atrás de la cabeza.

– Muy gracioso, osito.-Digo llamándole con el apodo cariñoso que mi madre le puso cuando era pequeño.

Este me fulmina con la mirada y antes de que pueda decir algo la campana suena anunciando la vuelta a clases.

Al llegar a casa, Tess y mis hermanos nos esperan sentados en la mesa.

-Hola chicos, ¿cómo os ha ido hoy?

– Pues Brook me ha puesto en vergüenza delante de un chico y su novia, pero nada que a él le importe.-reprocho.

– Brook, no cambiarás nunca.-dice mi tía y él se ríe mientras niega.