CAPÍTULO 25.

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La música dentro está muy alta. Zack se ríe al ver mi cara de molestia. Avanzamos por unas escaleras que dan a un despacho y pasamos sin llamar.

– Zack, ¿cuántas veces te he dicho que llames?- un hombre está sentado en uno de los sofás de la oficina. Tiene una copa de lo que parece ser whisky en la mano.

– Vamos, Brandon, nunca he llamado.

El tal Brandon se levanta y lo detallo. Ojos azules, rubio, alto y fornido, tiene acento británico.

– Vaya, tienes compañía-posa la vista en mi. Me sonríe-.Hola, guapa. Tu debes de ser Nadya, ¿cierto?-asiento- Zack me había dicho que eras guapas, pero no pensé que tanto.-Me sonrojo al instante, giro a ver a Zack que se ríe de mi cara.

– Él es Brandon, era amigo de mi padre y ha sido mi figura paterna por años.-Zack me explica. El hombre me tiende su mano y yo la estrecho-Ella es Nadya,mi chica.-me sonrojo aún más.

¿Por qué me gusta tanto oírlo?

– Nosotros nos vamos a la fiesta, nos vemos. Avísame si algo pasa.-antes de que pueda despedirme, Zack me arrastra fuera.

Avanzamos hasta los reservados. Esta vez, mis amigos y los Golden están en el mismo reservado. Veo a Keeneth a lo lejos hablando con una chica rubia, espero que se entretenga lo suficiente con ella, no quiero problemas. Localizo a mi hermano en uno de los sillones, tiene a Léa en su regazo y se besan apasionadamente, supongo que ha decidido no dejar su "relación".

Cameron y Jules hablan en una esquina, parece que discuten pero luego Cameron la besa y Jules se lo sigue. Lo que más me sorprende es ver a mi mejor amiga besando a una chica justo al lado de la barandilla. No sé quien es, luego hablaré con ella.

Lucas habla animadamente con Jenna y no paso por alto las miradas de odio de Paul hacia mi amigo. Por último veo a Betta, está sentada en uno de los sillones de una plaza, y mira a mi chico, desnudándolo con la mirada. Sus ojos pasan a mí cuando se da cuenta de que la observo, baja la vista hasta encontrarse con nuestras manos entrelazadas y veo como muerde el interior de su mejilla con rabia, sonrió con superioridad.

Zack se sienta en el otro sillón de una plaza y me sienta en su regazo. Su mano reposa en mi pierna y acaricia mi muslo como lo hacia hace unos cuantos minutos en el coche.

– ¿Por qué esa sonrisa?-no la he quitado desde que he visto la cara de Betta.

– Porque he ganado.-digo muy cerca de su labios.

Su vista cae en estos y me besa. Poso una de mis manos en su cuello mientras me besa despacio. Su lengua invade mi boca y se encuentra con la mía.

– Dímelo.-se separa de mi unos centímetros y me mira a los ojos.

– Dímelo tú.-una sonrisa se dibuja en su cara.

– Entonces ninguno lo oiremos esta noche.-mi sonrisa decae y me separo de él volviendo a mirar al frente.

Zack besa mi cuello y continua con sus caricias en mi pierna. Paro su mano, no quiero caricias ahora mismo, quiero que me diga que me quiere.

– ¡Nadya!-una muy borracha Jenna se acerca a nosotros-Ven a mover ese culo que tienes con nosotras.-coge mi mano e intenta levantarme.

La mano de Zack atrapa mi cintura y me hace sentarme de nuevo.

– ¿Estás enfadada?-susurra en mi oído.

– ¡Vamos, Zack!Deja que disfrute un poco con nosotras, piensa en como te puedes poner de cachondo mientras la ves.

– Jenna, cállate.-su tono es demandante, tanto que Jenna levanta las manos en señal de rendición y se aleja unos pasos para esperarme.

Hell  [DISASTERS#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora