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—Chao, te amo —me dijo el Borja y me dio un piquito.

—Te amo más —sonreí y saqué las llaves para abrir la puerta del portón.

El Borja se fue y el Román me empezó a webiar.

—Chii, ti imi —se rió.

Lo ignoré.

—No sabía que te gustaban los weones cuicos —dijo.

—No sabía que eras tan copuchento —rodé los ojos y comencé a caminar hacia mi casa.

Pasé por la plaza y vi al Ulises con tres loquitos más.

Esperen..

¡Esos son los gemelos!

—¡Fotocopias! —grité y los dos se dieron vuelta.

—¡Pero si es la Blanca Nieves! —gritó el Pato y se paró del columpio en donde estaba para caminar hacia mi, el Antonio igual pero este vino corriendo y me tomó en brazos.

—Hace rato no te veía weon —me reí en su cuello.

—No me has ido a ver po Blanca Nieves, la ingrata de la Jesús tampoco, ¿Te dijo lo del carrete?

—Si, yo igual iré —sonreí.

—Hola bella dama, ¿Cómo andamos? —me preguntó el Pato y me dio un beso en la mejilla.

—Aquí po —solté una risa nasal—¿Que andan haciendo por aquí?

—Vinimos a ver a un amigo, ¿Vives por aquí? —preguntó el Toño.

—Si, ¿Son amigos del Ulises? —fruncí el ceño.

Se miraron y sonrieron—Aer señorita, ¿Cómo conoces al Ulises?

—Uno, va en mi mismo liceo, dos, es amigo de la Jesús y el otro día me mando a comprarle marihuana pero el weon no me vendió, ¿Saben por qué? —dije indignada y negaron al mismo tiempo.

Sincronización de gemelos, ah.

—Porque es una niña, mírenla, si aún ve Vampirina —contestaron antes que yo.

El tenía que meterse.

—Uy que desagradable tu voz, ¿No te enseñaron a no meterte en conversaciones ajenas? —me cruce de brazos.

—Yo estaba con ellos primero y tú viniste a entrometerte —se cruzó de brazos.

—Hola, me llamo Pedro se presentó el otro loco que creo que lo he visto pero no sé donde.

—Hola, me llamo Celeste —sonreí.

—¿Qué wea? —susurró el Pato.

—¿Qué wea de que? —fruncí el ceño.

—Es que ust... —el Ulises lo interrumpió.

—¿Vamos? ya me aburrí y no soporto ver a esta cabra chica, ¿Por qué no te vas a ver tus películas de princesas mejor y dejas de robarme a mis amigos? —sonrió cínicamente.

—Weon no seas pesado —se rio el Toño.

—¿Es que sabes algo? —alcé mis cejas y lo miré—Ya me he visto todas las películas de princesas y es tan aburrido verlas de nuevo porque me las sé de memoria, pero ya, me voy, ni que quisiera estar respirando el mismo aire que tú —rodé los ojos y seguí caminado a mi casa.

Ese weon con solo respirar me saca de quicio.

Entré a mi casa y vi a la Maria abrazando a mi mamá, ¿kie?

—Hola —salude y caminé hacia ellas.

—Menos mal llegaste o no ibas a alcanzar a despedirte de la María —dijo mi mamá.

—¿Qué? —fruncí el el ceño.

—Me voy mi niña —la María me sonrió.

—No po, no te vayas —la abracé.

—Hija.. —mi mamá suspiro—Las dejó solas para que se despidan.

—Es mi culpa, si me hubiera quedado callada nada de esto estaría pasando —sollocé—Te juro que te ayudaré a encontrar otro trabajo, pero porfa perdóname.

—Ay, Celeste, no seas mensa, si no me quedo sin trabajo, me iré a trabajar al departamento de su papá —me sonrió.

—¿Con mi papá? —hice un mueca.

—Si, así que si quieres visitarme puedes ir para allá, también me puedes llamar por teléfono.

Asentí y le sonreí.

—Ya, ahora me voy.

—¿Te voy a dejar?

—No, si mi nieto me está esperando afuera con sus amigos —sonrió.

—¿Tu nieto?

—Si, el Pedrito, ¿Nunca te hable de él?

—¿El Pedro con los gemelos y el vecino?

Asintió.

Diablos, que chico es el mundo.

Mi papá siempre era el que hablaba en la mesa, el que tiraba tallas fomes y.. extraño eso.

Ahora todo es silencio, solo se escucha el sonido del tenedor chocando en el plato, las respiraciones de mi mamá y yo y.. la tele.

—¿Y cómo está el Borja?

—Bien.

Asintió, la quedé mirando y ella sintió mi mirada al parecer porque igual me miró.

—¿Por qué me miras así? —me preguntó.

—¿De qué verdad hablaba mi papá?

—No lo sé, deben ser tonteras —le restó importancia.

—Mamá.

—Ay no lo sé Celeste, pregúntale a él —bufó y se paró de la mesa.

Ya weon, me entró la curiosidad.

Pero la curiosidad mató al gato.

Pero el gato murió sabiendo..

Oiga vecino#1                           |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora