17 de Septiembre.
Por el puro viento te puedo decir que estamos en septiembre, me dan ganas de elevar un volantín pero capaz que algún culiao me lo corte.
Al Borja no lo he vuelto a ver, no he querido preguntar pero al parecer se cambió de liceo.
Y el Pedro..solo se que está bien.
Ahora estoy ayudando a la mamá del Ulises, osea mi suegra a hacer las empanadas, hoy la pasaré aquí y mañana con el Ulises la pasaremos en mi casa.
—Una vez tenia un pote así mismo y estaba haciendo empanadas con mi prima.—me contó mi suegra refiriéndose al pote que tiene la yema de huevo revuelta —Y no nos dimos cuenta cuando el Ulises la sacó a escondidas y se la tomó toda pensando que era postre.
—¡Mamá deja de contar mis cosas!—grito el Ulises y nos reímos
La Anais llegó con unos libros para pintar y los puso sobre el mesón.
—¿Podemos pintar?—me preguntó
—Hija, la Celeste está ocupada ahora, dile al Ulises que seguramente ¡no está haciendo nada!
—¡Estoy en medio de un partido muy importante!—grito
—¡Yo también!—grito mi suegro
—Anda y les apagas la play.—le dijo la tía
Esta sonrió y se fue corriendo de la cocina.
—Gracias por hacer feliz a mi hijo.
Ay.
—Y espero seguir haciéndolo.—sonreí
—¡Anais por la chucha!—grito el tío
El Ulises entró a la cocina y nos miró con los ojos entrecerrados.
—Si quieren que ayudemos solo pídanlo, no nos apaguen la play en pleno partido.—se cruzó de brazos
—Ya, échale esa mezcla a las empanadas.—lo mano la tía
—No te lo vas a comer si po.—lo webie y con la tia nos reímos
—Mamá te dije que no le contaras po, ahora me webiara siempre que pueda.
—Que eres llorón.—me paré de puntitas y le di un beso en la comisura de los labios
—Mira como se aprovecha de mis labios virgenes y tú no le dices nada.—le dijo a la tía mientras pasa sus brazos por mi guata y apoya su mentón en mi hombro
— Suelta a la pobre Celeste, estás todo echo un mamón.—se burlo— mejor ayúdanos.
—Uyy si la celosa.—la webio y la fue a abrazar—Si a ti también te amo mami.
Me reí.
—¡Las empanadas!—gritó la tia—córrete que se van a quemar.—le dijo al Ulises y corrió al horno
El Ulises me quito el pincel que tenía y empezó a echarle la mezcla de huevo el.
—¿Te sientes cómoda?—me preguntó el Ulises
—Si.
—¿Mi mamá no te a dado mucho trabajo?—se rio
—No, igual yo feliz ayudando mientras me cuenta las weas que hacía cuando chico.
—Le dije que no te dijera.—bufo
Entró el papá del Ulises y nos quedo mirando.
—¿Qué?—preguntó el Ulises
—Nada.—sonrió y se fue de la cocina
—Tal vez confundió el orégano con la mota que tenía escondida.—me dijo el Ulises
Le pegue un codazo y se rio.
—¡Vengan a comer!—gritó la tía
—Vamos, mi amor.—me agarro de la mano y me dio un beso en la mejilla
—Me gusta cuando me dices así.—solté una risa nasal
—Y a mi me gustas tú.
—¡Traigan el jugo!—grito la Anais
El Ulises fue al Refrigerador y sacó el jugo, le agarre el poto y pego un saltito.
—Oye deja mi poto tranquilo.—me apretó un cachete y me reí
Caminamos al comedor y me senté al lado del Ulises.
Saqué una empanada, el tío me sirvió jugo y estuvimos conversando de weas aleatorias, no es incómodo menos mal.
El Ulises se paró de la mesa y corrió hacia no sé donde.
Fruncí el ceño.
—Voy a verlo.—dije y me paré de la mesa, caminé hasta donde se escucha un ruido, en el baño
Golpee la puerta.
—Oye, ¿estás bien?
No respondió nada, pero unos minutos después salió del baño.
—Si, solo me cayo mal algo.—hizo una mueca
—¿Otra vez vomitaste?
Asintió.
—Deberías ir al médico, hace rato que andas con vomitos y cólicos, te diría que estás embarazado pero eres hombre así que descartemos esa opción.—le sonreí
—Me cargan los hospitales.
—¿Y si es algo grave?—hice una mueca
—No creo, si me pasa otra vez, ire, ahora vamos a comer.—dijo h me di media vuelta
Me pego en el poto y lo mire mal.
—Me astille la mano.—me webio
—Eres pesado culiao.—me reí y el Ulises me abrazo.
—Te amo.—dijo y me dio un beso en la frente
—Yo también te amo.—sonreí
✨
Se que es una kk de capítulo pero no ando muy inspirada:)
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Oiga vecino#1 |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|
أدب المراهقينLa vida de la Celeste se desmorona poco a poco a causa de las mentiras que la rodean, pero él está ahí, y aunque la Celeste solo piense que su vecino es un aweonao, puede que no lo es del todo