Dos años después.
—Que son preciosas las mujeres de este hogar.—dijo el Ulises entrando a la casa
La Carla corrió hacia el Ulises y este la tomó en brazos y le dio unas vueltas.
—¿Como está la princesa de la casa?—le preguntó
—iem.—respondió
—¿Te portaste bien?
Asintió reiteradas veces.
—Mentira, no se comió toda la comida y no se quería poner los zapatos.—la acusé
Lo que más odia la Carla es ponerse zapatos.
El Ulises se acercó a mi y me dio un besito en la frente.
—¿Por qué no se comió toda la comida?—le preguntó
Se bajó de sus brazos y se fue corriendo, me tiré a los brazos del Ulises y le di un beso hasta que tuvimos que separarnos por falta de aire.
—Te extrañe.—le dije
—Yo también.—me mordió el labio inferior y sonreí
—¡Mam!—gritó la Carla
Me paré rápidamente y corrí afuera, está sentada en el pastito, cerca de la piscina con los ojos llorosos.
—¿Qué pasó mi amor?
Me apunto a la piscina y no vi ni una wea weon.
—¿Qué hay?—fruncí en ceño
Se acercó a la piscina y sacó algo del agua, me mostró una chinita muerta y la lágrima le corrió por su mejilla.
—¿muerta?—pregunto
—No, está durmiendo, tú cuando nadas con nosotros igual te quedas dormida altiro después, ¿o no?
Asintió.
—Dejémosla dormir, ¿bueno?
Corrió a una planta y con cuidado la dejó en una hoja.
Movió su mano en forma de despido hacia donde dejó la chinita muerta y volvió hacia mi
—Pa.—dijo y extendió sus brazos
La tome en brazos y le fui dando besos en la mejilla hasta que entramos a la casa y buscamos al Ulises, no está en la cocina, tampoco en el living.
—Eza.—susurró
Caminamos a la pieza en silencio y lo vi acostado de guata, subí a la Carla en su espalda y le empezamos a hacer cosquillas.
—¡Ya paren!—dijo riéndose
Dejamos de hacerle cosquillas y la Carla abrazo al Ulises, se pego como chape.
—Hija, deja darme vuelta.—le dijo
—No, te vas.
No se como chucha le entiendo cuando habla pero ya estoy acostumbrada y entiendo todo lo que dice, el Ulises igual.
—No, no me iré.
salió de su espalda y el Ulises se dio vuelta, la Carla otra vez se pegó como chape y yo me acoste al lado del Ulises.
—Mam.—dijo haciendo un puchero
Me reí y me acoste al lado de la Carla, me tomo mi mano y la puso en su cabeza, le gusta que le rasque la cabeza, no se porque, tendrá piojos, ah.
—¿Mañana te vas a comer toda la comida?—le preguntó el Ulises
Asintió.
—¿Y te pondrás zapatos?
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Oiga vecino#1 |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|
Novela JuvenilLa vida de la Celeste se desmorona poco a poco a causa de las mentiras que la rodean, pero él está ahí, y aunque la Celeste solo piense que su vecino es un aweonao, puede que no lo es del todo