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Es de noche, está todo oscuro y yo aún sigo caminando.

Siento que camino en círculos, que alguien me observa y eso es peor.

Saqué mi celular pero ya no prende la wea.

Me senté en el piso y abrace mis rodillas, empecé a llorar y a gritar.

¿Y si nunca me encuentran? ¿Si nunca vuelvo a ver a los chiquillos, al Zeus, a mis papas?

—¡Celeste!—escuché a lo lejos, muy lejos

Me paré y traté de hacer escuchar mejor de donde me llaman.

—¡Estoy aquí!

Silencio..

—¡Celeste!—gritaron otra vez

—¡Estoy aquí por la chucha!

Sentí algo corriendo muy rápido hacia mi y empezó a rasguñarme las piernas.

—¡Zeus!—grite y lo abrace

Me empezó a lengüetear las manos y a saltar, me senté en el piso y le corrieron algunas lágrimas.

—Al menos ya no estoy sola.—sonreí

—¡El Zeus weon, se perdió!

Las voces se van alenjando cada vez más, pero no se para donde chucha caminar, tengo más hambre que la conchetumare.

—Zeus vamos donde los chiquillos.—me paré

Me quedo mirando y suspire.

—¡Zeus!—gritaron

El Zeus miró hacia donde lo llamaban y sonreí.

—Vamos, corre.—le dije y empezó a caminar hacia donde lo llaman

Caminé apoyándome de los árboles porque no veo mucho, la única luz que tengo es la de la luna.

El Zeus empezó a ladrar y me asusté pero después me relaje al ver que solo es un conejo, pero el weon lo salió persiguiendo.

—¡Zeus, no!

Volvió hacia mi y se echo en las hojas, más encima se enoja el weon.

Suspire y seguí caminando por donde íbamos antes de que apareciera el conejo.

¿Unos diez minutos caminando? y aún nada.

—Vamos donde los chiquillos.—le hable al Zeus pero me ignoro—Ya po Zeus, siempre ves Rex y ahora no me quieres ayudar a encontrarlos, estoy caga de miedo.

—¡Hay que llamar a alguien!—gritaron

—¡Estamos al medio de la nada!

Por la chucha, esta wea parece película de terror y creo que seré la primera en morir.

La weona con un perro.

Suspire y traté de seguir las voces, es qué hay mucho silencio pero los pensamientos culiaos negativos me hacen querer pegarme un tiro.

Estaba siguiendo un camino pero no me lleva a ningún lado la wea si nunca seguimos un camino, me metí entre los árboles..

¡Los árboles!

Vi uno que estuviera escalable y sonreí al ver uno, me subí como pude a un árbol pero siento que las piernas me sangran al raspar con la corteza.

Me senté en la rama culia y mire hacia el camino que estaba siguiendo, no se ve luz, a esta hora deberían tener una fogata, mire hacia mi izquierda y tampoco, con cuidado caminé hacia atrás de mi y a lo lejos vi una luz.

—Bien conchetumare.—sonreí

Me agarre del árbol de nuevo y traté de bajar lo más despacio posible pero no pude y me saqué la conchetumare además de raspillarme los brazos y las piernas.

—¡Mierda!—me mordí el labio y suspire

Me paré y empecé a caminar hacia donde vi la luz de la fogata.

—Pin pon es un muñeco..weon se me olvidó la canción.—susurre

El Zeus debe pensar que estoy loca.

Empecé a ver el fuego y comencé a correr como weona hacia el.

—¡Celeste!—gritó la Jesús cuando me vio y me abrazo—Me tenías preocupada.—sollozó

La Kim se acercó igual y se unió al abrazo.

—¿Que chucha te paso?—pregunto

Me mire las piernas y tengo cualquier rasguños, igual que en los brazos y tienen sangre.

—Me subí a un árbol y me raspille toda.—hice una mueca

—Ven vamos a la carpa.—dijo la Jesús

Caminamos a la carpa y me estire en el colchón, me dolió la espalda al relajarme pero después sonreí, no me pienso mover de aquí.

—¿Y los chiquillos?

—Salieron a buscarte, pero parece que no andaban ni cerca.—dijo la Kim

—Weona sácate el poleron.—me dijo la Jesús

El poleron..¡conchetumare el poleron!

—Mierda el polerón.—me tape la cara

—¿Que tiene?

—Que el Ulises me dijo que no lo manchara y mira, está lleno de tierra y de sangre, por la chucha.—bufé

—Es solo un polerón.

Me lo saqué y la Jesús empezó a tocar las heridas con una wea que arde, debe ser alcohol.

—¡Sopla que me duele!—grite

—¿Tienes hambre?—me preguntó la Kim

—Si, quiero agua, el Zeus, ¿donde se fue?

La Kim salió de la carpa y después asomó la cabeza.

—Está echado aqui.

Asentí.

—¿Cómo chucha te fuiste tan lejos?—me preguntó la Jesús

—Ni yo se, si no caminé tanto, ademas caminé recto, no tenia como perderme.

—Lo bueno es que estás aquí, weona tenías a los cabros histéricos, bueno a mi también.—se rio

—Pensé que no los vería nunca más.

—Me muero si no te veo nunca más.—me mando un wate

La Kim llegó con una botella de agua y un quequito, me lo devoré en cinco segundos weon y el agua me la tomé hasta la mitad, me empezó a dar sueño así que me acomode para dormir.

Día culiao.

Oiga vecino#1                           |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora