Golpee la puerta y el Ulises se demoró un poco en salir.
—Pasa.—dijo desanimando y entre a la casa
Subimos a su pieza en silencio, tengo el sobre culiao en las manos y no quiero abrirlo, me da miedo.
Me senté en la cama del Ulises y el antes mencionado se sentó a mi lado, le pase el sobre con la mano temblorosa.
No me dijo nada y solo abrió el sobre, lo leyó en voz baja, ¿qué mierda dice?
—¿Y?—pregunte
—Creo que te cague la vida.—susurró y me miró con los ojos llorosos
—¿Qué?—fruncí el ceño
—Estas embarazada.
—Buta la wea.—susurre y me empezaron a caer unas lágrimas
El Ulises me limpio las lágrimas y yo lo abrace.
—Mi mamá me va a matar.—dije
—Yo hablo con ella, no te preocupes.—me sobo la espalda
—Ulises, no quiero.—negué reiteradamente
No dijo nada, debe ser complicado también para el y yo solo estoy pensando en mi.
—Es peligroso si haces lo que pienso que quieres hacer.—hablo ronco
Empecé a llorar más que ayer.
Ulises.
Voy a ser papá.
Voy a ser papá conchetumare.
Pero ella no quiere, es muy arriesgado un aborto y bueno, tampoco quiero que lo haga..pero si ella no quiere tenerlo yo no puedo hacer nada, es su cuerpo y ella va a tener que tenerlo dentro durante nueve meses, aunque..yo tengo los síntomas.
—¿Me vas a dejar sola?
¿En serio piensa esa wea?
—No, no pienso dejarte sola en ningún momento.—le di un piquito
—¿Puedes hacer fideos con crema?—preguntó con los ojos aún llorosos
—Si, obvio.—le sonreí y se apego a mi
—Vámonos.—dijo
—¿A donde?
—Al sur, no quiero que viva aquí, quiero que sea libre en el campo y no encerrado en cuatro paredes, no quiero que viva con miedo.
Sonreí.
—Mis papas tienen una casa allá, hace tiempo no vamos, tendríamos que arreglarla.—dijo
—Vamos entonces.
—¿De verdad?—me miró y sonrió
Daría todo por ver siempre esa sonrisa.
—Si po, mi amor.
—¿Y podemos tener un pollito?—preguntó emocionada y se limpió las lágrimas
—Dos si quieres.
—¿Y un gato?
—Todos los que quieras, pero tenemos que arreglar muchas cosas antes.
—Hay una señora que vive cerca y tiene un negocio, le podría decir si me da trabajo.—dijo
—No, yo me encargo de la plata, quiero que tú te quedes en la casa descansando y no es de machista, solo que no quiero que les pase algo.—le toque la guatita
—Tengo miedo.
Le hice cariño en la mejilla, es tan suavecita su piel.
—Yo voy a estar contigo.
—¿Siempre?—me miró dudosa
—Siempre que pueda.
—¿Lo prometes?
—Lo prometo.—sonreí
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Oiga vecino#1 |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|
Roman pour AdolescentsLa vida de la Celeste se desmorona poco a poco a causa de las mentiras que la rodean, pero él está ahí, y aunque la Celeste solo piense que su vecino es un aweonao, puede que no lo es del todo