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—No quiero ir más.—le dije a mi mamá

Suspiro—Aún te faltan notas, tienes que seguir asistiendo.

—Si está el Borja no voy a ir.

—Voy a ir a hablar y ver qué podemos hacer, pero no faltarás, ya te falta poco para salir de cuarto.

Asentí y subí a mi pieza, me puse a mirar por la ventana a ver si veo pasar al Ulises, no sé nada de él desde la mañana y del Pedro tampoco.

Mi celular sonó, pero no es la persona que quisiera que fuera.

Kevin

Listo, ¿vai a venir o me lo dejas a mi?

Hazlo tú

Que cobarde, no te gusta ensuciarte las manos.

¿Ensuciarme las manos???
¿Qué mierda harás?

Es solo una expresión, no te asustes, no le haré nada.

Mejor ire, mándame la dirección.

El Kevin me mando la dirección y me puse un polerón porque ya es tarde, salí por la ventana para que mi mamá no me pregunte para donde iré.

Caminé lentamente hasta la casa del Ulises y vi todas las luces apagadas, trague grueso y los ojos se me llenaron de lágrimas, lo quiero ver, quiero que me abrace y que me diga que me quiere.

¿Estará enojado?

Tampoco tendría porque estarlo..¿o si?

Saqué esos pensamientos de mi mente y salí del condominio, esperé en el paradero a la micro y me subí, a esta hora no esta tan llena menos mal.

Después de como media hora, llegue, bueno no porque aún tengo que seguir caminando, caminé unas cuadras un poco asustada porque puta, no hay ni una wea por aquí, ni casas.

Llegue a una casa y entre, es la misma a la que me trajeron a mi.

Caminé hasta la pieza del fondo y abrí la puerta, vi al Kevin sentado en una silla, con los brazos cruzados y mirando fijamente al Borja, este tiene los ojos vendados y las manos y pies amarrados a la silla.

—Hasta que llegaste, ya me estaba aburriendo.—hablo el Kevin

—¿Acaso te quedó la raja cuadrada?—le pregunte y me senté en la silla que está al lado del Kevin

—Andai' de buen ánimo ahora, ¿te arreglaste con ese culiao?

—Que te importa weon.

—Es mi cuñado después de todo.—se rio

Le pegue un wate y me lo devolvió, mire al Borja que está como dormido.

—¿Qué wea le hiciste?—fruncí el ceño

—Se quedó dormido por esperarte.

—No estoy jugando, Kevin.—rodé los ojos

—Que amargada, el Félix le mando con una wea en la cabeza, no quería subirse a la camioneta el culiao, ya debería estar despertando si.—se paró de la silla y se acercó al Borja

Oiga vecino#1                           |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora