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Que mejor día eligió la weona de la Jesús para juntarnos, día soleado, no hace ni mucha calor ni frío, está bueno el día.

Mentira weon, ¡se raja lloviendo!

Me faltan unas dos cuadras pero estoy debajo de un techito para no mojarme tanto y esperar que pare un poco.

Un loco de unos veintitantos se gano a mi lado y bufo.

—Está brígida la lluvia.—comentó y solo asentí

Se me hace conocido este loco pero no se en donde lo he visto.

Se tocó los bolsillos y bufo.—Oye amiga, ¿tienes hora? mi celular se me quedo en la casa.

Saqué mi celular un poco desconfiada y le dije la hora, las 18:02 p.m.

—¿Ese es tu pololo?—me preguntó por el fondo de pantalla que tengo con el Ulises

—Eh..si.

—El Ulises.—se rio—Me caía bien ese weon.

—¿Lo conoces?—fruncí el ceño

Una luz molesto mis ojos, luz de una camioneta.

—Si, todos los conocemos.—sonrió y miró atrás mío

Mire hacia atrás y no alcancé a ver quien estaba ahí porque me taparon los ojos y la boca.

Me levantaron del suelo y me subieron a algo, me soltaron por un momento y pude ver que estamos en una camioneta, intenté salir pero un weon me lo impidió y me puso una scotch en la boca y algo en la cabeza mientras otro me amarra las manos y los pies.

Negué reiteradas veces mientras las lágrimas corren por mis mejillas, traté de gritar pero no puedo.

Patee algo, no se que y sentí algo filudo en mi cuello.

—Shhh si no te vamos a hacer nada.—dijeron

—Eso si los weones de tus amigos cooperan si.—dijo otro

—Quédate tranquila o estaré obligado a enterrarte esta wea.—susurraron en mi oído e hicieron presión en mi cuello

Siento mi corazón latir weon, necesito salir de aquí.

Unos minutos después me sacaron la bolsa culia de la cara y..¿donde mierda estamos?

Es una casa, pero al rededor no hay nada weon, ¡nada!

—Bueno princesita no es un castillo pero mientras más se apure este otro weon más luego saldrás de aquí.—me dijo el que me pidió la hora

Me tomaron en brazos y traté de soltarme y lo logré, bueno no, el me botó al suelo y me pegue con todas las piedras chicas.

Solté un quejido.

—Compórtate, si no te vamos a hacer ni una wea.—me tomo de nuevo en brazos y entramos a la casa

Camino hasta el fondo de la casa y entramos a una pieza grande donde hay dos minas y dos minos envolviendo algo.

Un mino levantó la cabeza y me miró fijamente.

El Borja...

Me empecé a desesperar porque no puedo hablarle, me tiene que ayudar a salir de aquí.

¿Que mierda hace aquí?

—Aqui está la famosa Celeste.—dijo el weon y me sento en una silla

Pasó una cuerda por mi cintura y me amarró a la silla.

Me sacaron el scotch de la boca, por fin.

—Borja ayudame.— dije mientras las lágrimas me corren por las mejillas

Oiga vecino#1                           |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora