—Hija te buscan.—me aviso mi mamá
—¿Quien?—pregunte con la ilusión de que sea un psicólogo weon
—La Jesús.
Pero esto es mejor que un psicólogo.
Me paré de mi cama y no me puse ni las pantunflas, baje las escaleras y vi a la Jesús parada mirando el sillón.
—Jesús..—dije en susurro
Me miró y trago grueso.
—Te extraño weona.—dijo me tiré a abrazarla
Nos abrazamos por un buen rato hasta que me empecé a sentir asfixiada.
—Perdón.—dijimos al unísono y nos reímos
—No, pero en serio, perdón, no debí pegarte y mucho menos meterme y tratarte así, no se lo que es estar en tu situación pero debe ser muy difícil, me aweone terrible brigido, soy la peor amiga del mundo.
Suspire—Filo, yo creo que igual hubiera echo lo mismo
—¿Te acuerdas cuando éramos chicas y nos enojábamos?—pregunto
Asentí.
—Y después para pedirnos perdón nos hicimos esta pulsera y prometimos nunca más volver a pelear.—dije mirando mi pulsera
—Y como rompimos esa promesa hay que hacer otra pulsera.—dijo sacando una caja de la mochila que trae
Sonreí y subimos a mi pieza, me senté en el suelo y usé como mesa mi cama, la Jesús se ganó de guata en mi cama y nos pusimos a hacer la pulsera.
✨
—¿Por que siempre me pierdo esas weas?—preguntó y soltó una risa nasal—Osea weon, ¿por qué chucha no estuve ahí para pegarle aunque sea una pata en las weas al Ulises? un impulso po weon, no, ¿sabes que? iré a su casa a pegarle esa pata.—se paró de mi cama pero la alcancé a agarrar la pata
—Weona no.—me reí
—¿Quien se cree para sacarle lágrimas a mi amiga? Me importa un pico que seamos amigo, ya, suéltame.
—Me falta contarte lo que le dije al Santiago.
—¡¿Que?!—abrio los medios ojos
—Siéntate y te cuento.
—Como me chantajeas.—bufo y se sentó en mi cama otra vez
Le empecé a contar la wea que conversamos con el Santiago y hacía unas expresiones terrible chistosas.
—Estoy en shock.
—Mejor seré monja.—opine
Se rio—Para eso tienes que ser Virgen.
—¿De verdad?—abri los medios ojos—¿En serio son virgenes weona?
—Yo cacho.
—De los oídos soy virgen.
—Adonde si te metes el cotonito.—se rio
—Extrañaba estas conversaciones weonas.
—Yo igual.—sonrió
—¿Vamos a comprar helado?
—Si a todo.
Nos paramos y bajamos las escaleras, le pegue un grito a mi mamá de que vamos a salir para que no se preocupe y fuimos al negocio.
—Mierda.—dijo la Jesús
—¿Que?
—Está el Ulises.—dijo y mire hacia adentro del negocio
—Yo quiero helado y nadie me lo va a impedir.
Se rio y entramos al negocio, al Ulises lo terminaron de atender y se dio media vuelta, conectamos miradas pero no dijo nada, en su mano lleva alcohol y algodón, su polera tiene un poco de sangre en el mismo lugar donde se tocaba la otra vez, fruncí el ceño pero no dije nada y solo se fue.
¿Que mierda le habrá pasado ahora?
Salimos del negocio y me aclare la garganta.
—Es raro lo que voy a decir pero creo que deberíamos seguir a los cabros.
—¿Que?—se rio
—Estan metidos en algo y quiero saber que es.
—Eso suena peligroso.
—¿Me apañas o no?—la mire
—Si a todo, ¿pero y como los vamos a pillar?—frunció el ceño
—hay que estar atentas nomas, no se te ocurra comentarle a la Kim o a la Martina porque esas igual están metidas.
Asintió.
—Me siento como en una película de misterio.—se rio
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Oiga vecino#1 |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|
Teen FictionLa vida de la Celeste se desmorona poco a poco a causa de las mentiras que la rodean, pero él está ahí, y aunque la Celeste solo piense que su vecino es un aweonao, puede que no lo es del todo