1 de Mayo.
—Vamos po.—le dije al Ulises
—Déjame terminar de revisar estos correos y vamos.
—¿No te aburres?
—Si, pero si queremos darle un buen futuro a la Carlita tengo que seguir revisando estos correos y seguir asistiendo a las reuniones.—respondió sin mirarme
Mire mi guata, en cuatro días nace, bueno esa fecha me dieron.
Y no voy a negar que estoy caga de miedo.
Al Ulises derrepente le dan weas de vomitos y cólicos, pero no tanto como antes, al final si era ese síndrome de no sé qué wea.
—¿Cuanto te falta?—le pregunte
Me ignoro.
Bufé y me fui a la cocina, me serví jugo en un vaso y me lo tome de apoco mientras miro al Zeus parado como weon mirandome.
—¿Estoy gorda cierto?—le pregunte
Solo movió su cola.
—Lo tomare como un si.
Empezó a rascar el mueble donde guardó su comida y me agaché para sacarle la comida, le eché de apenas porque no me puedo agachar bien, me duele caleta ahí abajo y la espalda.
Volví a guardar la comida pero la wea se cayo y tuve que agacharme, sentí mucha agua correrme entre las piernas y pegue un grito.
Mierda, rompí bolsa.
—¡Ulises!—grite y me agarre de un mueble
—¡Espérame un poco, déjame terminar esto y voy!
—¡Ulises ven rápido!
Me empecé a desesperar y los dolores no demoraron en hacerse más fuertes.
Senti los pasos del Ulises acercándose y me miró.
—¿Qué pasó?
—La bolsa.—tome aire y lo bote lentamente
—¿Qué bolsa?
—¡La bols..ay.—me queje, siento mi cuerpo caliente
Se acercó a mi y cuando piso el agua y vio mis jeans me miró asustado.
—¿R..rompiste la bolsa?—trago grueso
Asentí—Llévame al hospital, ay, me duele mucho.—hice una mueca
—¿Puedes caminar?
—Si.
Pasó su brazo por mi espalda y me ayudo a caminar hasta llegar al auto, se subió pero antes de partir me pegue la escurrida.
—El bolso.
Se bajó corriendo del auto y no se demoró nada en irlo a buscar.
—Respira profundo, acuérdate lo que dijo la doctora.—me dijo mientras maneja
Hice los que dijo pero los dolores no cesan.
No dije nada, traté de no quejarme para no poner más nervioso de lo que está al Ulises, me mordí tanto el labio que empecé a sentir un sabor a sangre.
—Respira.—me dijo—Ya vamos a llegar.
Me agarro la mano y me hizo cariño.
Seguí mordiéndome el labio hasta que llegamos a la clínica, el Ulises se bajó y me abrió la puerta.
Me ayudo igual que como me ayudo en la casa, entramos a la clínica, el weon tiene un seguro de no sé qué y la wea, por eso vinimos a una clínica.
Ulises.
Conchetumare que estoy nervioso.
Va a nacer la Carlita, espere este momento por tanto tiempo y por fin llegó.
—Ulises tengo miedo.—me dijo la Celeste con los ojos un poco llorosos
Le iba a decir que estuviera tranquila, que no la voy a dejar sola, pero la enfermera llegó con una inyección, conchetumare, ¿esa wea le van a poner?
—Te vamos a poner la anestesia ahora, necesito que te acuestes en posición fetal.—le dijo la loca
La Celeste me miró asustada.
—Tranquila.—susurre
No se que otra wea aparte de esa decirle, se que es imposible que esté tranquila en este momento si hasta yo estoy más nervioso que cuando juega Chile.
Le inyectaron la wea y soltó un quejido, mire hacia otro lado.
Ojalá ahora me dieran todos los dolores culiaos a mi y no a la Celeste por la chucha.
Espero que todo salga bien.
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Oiga vecino#1 |𝘁𝗲𝗿𝗺𝗶𝗻𝗮𝗱𝗮|
Roman pour AdolescentsLa vida de la Celeste se desmorona poco a poco a causa de las mentiras que la rodean, pero él está ahí, y aunque la Celeste solo piense que su vecino es un aweonao, puede que no lo es del todo