21. Culpa+Tiempo❤️

295 50 4
                                    

Quim

—Tu padre insiste en verte, no deja venir todos los días después del trabajo con la esperanza de saber si estás para poder hablar contigo. —Me dijo mi tío Fergus. Un hombre de 50 años, con canas en casi todo su cabello negro, de casi de la misma estatura que yo, y panzón.

Me quité el overol marino manchado de grasa que tenía puesto, y lo guardé en mi mochila. Para después ponerme mi chamarra negra. Estábamos en su oficina.

Mi turno en el taller mecánico había terminado. Era momento de irme al departamento. Por lo que, una vez más, mi tío insistió antes de que me fuera que arreglara las cosas con mi padre.

—Pierde su tiempo, él sabe que no voy a hablar con él. La otra vez le contesté después de tantas llamadas a mi celular, y le dije que no quiero saber nada de él.

—Pero tu hermana...

—Yo no le impido que hable con él, pero si no lo ha contactado por su cuenta, está más que claro que ella tampoco quiere saber de él.

Soltó un suspiro.

—Hijo, entiendo que estés enojado con él. La cagó, eso no está a discusión, pero ¡cabrón!, ¡no por eso ahora vas a fingir que no existe! — Me regañó.

—Él se alejó desde el principio, pretendiendo que no existíamos la mayor parte del tiempo.¿Por qué trataría de arreglar algo que él mismo destruyó? — Negué con la cabeza. —No tío, perdón por desobedecerlo, pero no lo haré. No quiero escuchar una vez más estúpidas falsas palabras de que cambiará porque sé que no lo hará. No es capaz de hacerlo. Nunca lo hará. — Lo vi seriamente.

—Entiendo — pronunció rindiéndose de hacerme cambiar de opinión.— Al menos dime dónde se encuentran. Quiero saber que realmente están en un lugar seguro.

—No estoy seguro si decírselo. Es de mi completa confianza, pero también es hermano de mi padre, por lo que aunque no quiera, si le digo, puede soltar la sopa con mi padre, y hacer que nos vaya a buscar. Lo que sería un fastidio.

—Tú... Mucoso irrespetuoso — se levantó de su silla, poniendo sus manos en su escritorio.

—No se enoje, recuerde que le hace daño a su vesícula. Como ya le he dicho, estamos en un lugar seguro, y cerca de mi Universidad. —Tomé mi mochila.

—¿Y la renta? ¿La comida? ¿luz? ¿Agua? ¿Cómo estás manteniendo todo eso?

—Con mis ahorros, la beca que tengo de la Universidad, el dinero que gano aquí y lo que he gano con las peleas callejeras, es posible cubrir todo— mentí, en lo último por supuesto. Porque es más que claro que el departamento donde estábamos, ni en mis recónditos sueños iba a poder pagar la renta, pero ya que supuestamente es de "mi propiedad", no debo preocuparme por eso.

Me vio con desconfianza, pero no dijo nada más. Por lo que me despedí de él, salí del taller, y me subí a mi coche.

Antes de arrancar el auto, revisé mi celular, y me di cuenta que tenía una notificación de WhatsApp desde hace 10 minutos. Era un mensaje de Kaled:

Mi pecoso :3:

"Hola ¿Hoy podemos vernos? 🥺"

Me quedé mirando el mensaje por un largo tiempo, hasta que decidí responderle.

Yo:

"Lo siento, no puedo. Mucho trabajo en el taller de mi tío"

"Será para otro día"

Y sin más, puse andar el auto.

Ya había pasado una semana desde la última vez que lo vi, después de ese incidente en el departamento; y para ser sincero, esa mirada llena de terror y de desesperación que Kaled me dirigió esa tarde esperaba nunca volver a ver.

Sin palabras te diré "Te Amo" (Gay)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora