Extra 2: Incertidumbre (sin editar)

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Noviembre, 2024

Kaled

Mis manos estaban llenas de su sangre por tratar de parar la hemorragia en su abdomen, debido a la puñalada que recibió profundamente con un cuchillo desde atrás de su espalda. Su rostro ya estaba pálido; y al tratar de hablar, chorritos de sangre también estaban saliendo de su boca.

Estaba mal, muy mal.

Y aunque le decía que resistiera, era consciente que ya se le dificultaba respirar.

— Rezar... no fue tan mala idea... después de todo. — Me sonrió a pesar del gran dolor que estaba sintiendo en ese momento. — Vive ¿de acuerdo?... Todavía hay muchas cosas que debes experimentar.

Mis ojos ya estaban llenos de lágrimas y con esas palabras, empezaron a resbalar por mis mejillas.

Se estaba despidiendo de mí.

— ¿Qué estás diciendo?

— Por favor... Dile a mi mamá y Manon que lo siento.

Entonces, cerró los ojos para siempre. Había muerto.

— No Miles... ¡MILES NO!— Solté un sollozo desgarrador, y desesperado empecé a darle palmaditas en sus mejillas con la estúpida ilusión de que volviera a abrirlos. — Despierta, despierta... ¡POR FAVOR! ¡NO PUEDES IRTE!— Le grité para después abrazarlo sin dejar de llorar.— Me prometiste que saldríamos de aquí juntos... Me dijiste que me protegerías siempre... ¡No puedes hacerme esto! ¡No puedes abandonarme!

—¡No puedes! — desperté abruptamente levantando mi espalda del colchón con mi rostro mojado de lágrimas, un gran dolor en el pecho y un nudo horrible en la garganta.

Había sido una pesadilla, otra vez.

De repente, la luz de la lámpara de la habitación se encendió y al dar un vistazo a mi lado derecho, me encontré con un adormilado y preocupado Quim.

—Kaled ¿qué pasa?

Las lágrimas seguían saliendo por mis ojos y podía sentir mi nariz roja, por lo que cubrí mi rostro con mi mano derecha y traté de tranquilizarme.

—N-Nada... No es nada, sólo una pesadilla... —Respiré hondo y profundo. — Per... dón por despertarte. Iré a la sala a calmarme ... Por favor, sigue durmiendo...

Estaba a punto de levantarme de la cama, pero él agarró mi mano izquierda, deteniéndome.

—Estás temblando... — me comentó y fue entonces que fui consciente que mis manos y brazos estaban tiritando como si tuviera mucho frío, pero yo sabía que era por el miedo. — Cruza tus brazos y pon tus manos en tus hombros; y respira ¿sí?

Le hice caso y empecé a inhalar y exhalar de manera lenta, mientras él me motivaba en hacerlo de nuevo una y otra vez, hasta que me tranquilicé lo suficiente para ya no seguir temblando.

—¿Ya te sientes mejor?

Sólo asentí, para después preguntarle: — ¿Puedo abrazarte?

Estaba sentado con las piernas cruzadas sobre la cama; y al escuchar mi pregunta, abrió sus brazos. — Ven acá.

Fui hacia él y lo abracé fuertemente. Sin poder evitarlo, solté un leve sollozo.

—Está bien, pecoso. —Me susurró en el oído mientras me acariciaba la espalda con gentileza. — Fue una pesadilla, eso no volverá a pasarte de nuevo. Yo no lo permitiré.

Lo abracé con más fuerza y él empezó a darme besos en la frente.

Cuando al fin dejé de llorar, sin dejar de abrazarme nos acostamos de nuevo en la cama, y pidiéndole que no apagara la luz, en poco tiempo volví a dormirme.

Sin palabras te diré "Te Amo" (Gay)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora