Sin palabras te diré "Te Amo" (Gay)✔️

36. Recordarte (sin editar)

Kaled

Después de esa comida, cada vez que podían ya que por los horarios de sus trabajos les era imposible, salíamos a comer a algún lugar de la ciudad los 4. Aunque era cierto que era con Quim con quien pasaba más tiempo.

Él casi siempre iba a visitarme entre las tardes o noches ya que a esa hora salía de su trabajo y salimos por ahí. Yo al principio le decía que no tenía que esforzarse para salir conmigo; entendía que tenía otras cosas que hacer ya que a diferencia de mí que a excepción de leer unos cuantos libros para obtener nueva información o escribir por unas cuantas horas, solía tener suficiente tiempo libre. Después de todo, todavía no empezaban mis clases. No obstante, él me decía que no era ninguna molestia.

Al saber que me lo decía de verdad, dejé de insistir; y me sentí muy bien que le gustara estar conmigo tanto como a mí me gustaba estar con él. Era agradable tener su compañía, hablar de cualquier tema y sentirme cómodo en cualquier lugar con él.

Sé que aunque no lo recuerde, sabiendo que ya lo conocí, estar cerca de él, me hacía tener la sensación de haberlo conocido toda la vida.

Sería el mejor amigo perfecto, pero el problema es que lo que estoy sintiendo por él, no es algo que yo haya sentido alguna vez por Miles. Era diferente.

Cada vez que lo veo, se me acelera el corazón, siento mariposas en el estómago y me sonrojo en el momento que me dice un cumplido.  Sé que es bisexual y que es mi amigo; y aunque muchas veces me he tentado en preguntarle si yo tenía novio o si estaba en una relación secreta (ya que al parecer Quim era mi amigo más cercano y el primero que hice en la Universidad), me detengo porque he llegado a pensar más de una vez que tal vez me gustaba Quim en secreto.

Y tal vez nunca se lo dije porque él sólo me ve como un amigo.

Solo de pensar que siempre tuve un amor no correspondido, hace que mi pecho me duela.

Cuando menos me di cuenta, ya había pasado un mes desde que regresé a Californication y sólo me quedaban dos días antes de que fuera mi primer día de clases en la Universidad (otra vez).

Era viernes, y eran las 7:45 pm cuando Quim estacionó el auto enfrente de un mirador natural que daba una impresionante vista del mar y la playa blanca.

Quería que viéramos el atardecer, así que por eso  me trajo aquí. Solo éramos nosotros dos ahí, parados viendo el sol descender.

— Gracias por traerme. Este lugar es hermoso. ¿Cómo supiste de él? — le pregunté curioso, ya que no parecía ser un mirador frecuentado por los turistas.

—Mis padres se conocieron aquí — contestó. — Y aunque mi mamá falleció hace mucho, venir aquí es para mí una forma de sentirla cerca — sonrió.— Este lugar es muy importante para mí, tanto que le prometí a ella que traería aquí a mi persona especial. Alguien que me hiciera sentir diferente y  que con solo estar cerca de ella, me sintiera inmensamente feliz.

Volteé a verlo y tragué saliva. —Y esa persona... ¿ya la has encontrado? —le pregunté curioso, pero también con miedo de saber su respuesta.

—Sí — me miró y se dio media vuelta para ahora quedar enfrente de mí. — Años atrás lo conocí y lo traje a este lugar. Él ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo... Era un desastre antes de conocerlo, y fue gracias a él que todos estos años he tratado de ser mejor persona cada día. Para ser digno de estar a su lado. — Cada palabra pronunciada, me dejaba muy en claro cuánto amaba a esa persona, la devoción que le tenía y lo mucho que le importaba mientras me veía fijamente y con intensidad.

Escuchar eso de él, hizo que tuviera unos celos terribles, que se me formara un nudo en la garganta, y me doliera el corazón porque estaba claro yo no podía competir con ese chico por él que Quim estaba enamorado.