Extra 3: (2/2) (sin editar)

212 29 19
                                    

Segunda parte

Kaled

Cuando desperté, lo primero que sentí fue la garganta y los labios resecos como si hubiera pasado tanto tiempo desde la última vez que tomé un vaso de agua. Sin mis lentes, todo era algo borroso a mi alrededor, pero sabía que estaba acostado en la cama de Quim en su departamento.

Él no estaba al lado mío, por lo que me senté en la orilla de la cama. No obstante, haber hecho eso me mareó, y el dolor fuerte en mi cabeza se hizo presente.

¿Qué podía decir? Era sólo yo el culpable de tener resaca en este momento.

Ayer en serio me excedí.

Mi cabeza punzó y solté un quejido.

Fue entonces que la puerta de la habitación se abrió y Quim entró.

Ante lo mal que me sentía, sinceramente ignoré que sólo tenía mi bóxer puesto y una playera suya; así como el hecho de que nos veíamos después de más de una semana y que eso podría ser incómodo para mí o para ambos. Después de todo, yo fui quién rompió con él y quién lo estaba evitando a toda costa a pesar de que él ha querido hablar conmigo.

—Ya despertaste, ¿cómo te sientes? — me preguntó gentilmente y se acercó a mí.

—Mi cabeza va a explotar— le respondí honestamente.

Se sentó a un lado de mí y acarició mi cabello atrás de mi nuca. —Me imagino. Tomaste mucho ayer. Creo que ha pasado mucho desde la última vez que estuviste borracho.

— Lo sé, creo que fue en mi graduación — comenté. — Tal vez por eso olvidé cómo se siente la cruda.

Masajeé mi frente y él se rio levemente. Entonces, se acercó al mueble que estaba al lado de la cama, y del primer cajón sacó un estuche para lentes. Se volvió a sentar en la cama.

—Ten. — Sacó los lentes de armazón que había dejado ahí como repuestos de emergencia.

—Gracias — los tomé para ponérmelos y poder ver de nuevo a "alta definición".

—Mientras dormías fui al mercado y compré jugo de naranja, caldo rojo de pescado y quesadillas. La comida sigue caliente así que deberías ir a comer un poco. Te ayudará a aliviar la resaca.

Asentí y lo seguí para comer en la barra de la cocina. Tomé casi todo el jugo que él había comprado (que fueron 2 litros) más agua simple, ya que estaba tan sediento. También comí un plato de caldo y dos quesadillas. No obstante, mi estómago empezó a revolverse y teniendo tantas ganas de vomitar, terminé sacando todo lo que consumí en el retrete.

—¿Te sientes mejor? — me preguntó preocupado Quim, una vez que salí del baño de su habitación después de lavarme la boca.

—Creo... — retuve un eructo. — Pero aún así me sigue doliendo la cabeza.

—Deberías seguir durmiendo. Dejando a un lado la cruda, te ves muy cansado ¿no has dormido bien estos días?

Negué con la cabeza. — No, me ha costado.

Pero no le dije que la razón de eso era porque me la pasaba llorando por nuestra ruptura, y por pensar que me engañó al ya no sentir lo mismo que yo.

—Entonces, deberías intentar descansar un poco ¿sí? — me sonrió.

Yo asentí lentamente y me dirigí a su cama. Como hacía algo de calor, él prendió el aire acondicionado a una temperatura ambiente.

Sin palabras te diré "Te Amo" (Gay)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora