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La luz cegada por completo mi vista, no podía ver más allá, me estaba volviendo completamente loco.
Las voces no se iban, cada vez se intensificaban, sentía el vaho saliendo de mi boca, las ganas de salir corriendo pero estar completamente inmóvil. Quería pedir auxilio pero de mi garganta no salía ningún sonido, me sentía completamente encerrado.
—Jungkook, ya están aquí.
El sonido de la puerta me levantó de mi pesadilla, que diariamente tenía. Me sequé el sudor que tenía en mi frente y acomodé mis cabellos desordenados y tomé mi chaqueta para salir de aquella mugrienta habitación.
Recordar la grata visita que teníamos animó mi ser y cambié mi rostro al entrar en la habitación rodeada de metal, donde ya hacían cuatro chicas todas amarradas con cadenas a una silla.
—¿Que tenemos por aquí?—sonreí viendo los cuerpos de cada una y no era nada que no haya visto antes.
—Sophia, Melany, Emma y Mía—las cuatros chicas temblaron en sus lugares al ser nombradas y eso hizo ensanchar más mi sonrisa.
Todas tenían un pañuelo en la boca, y podía ver el sufrimiento de ellas a través de las lágrimas que brotaba de sus ojos, magnifica vista para mis ojos.
—Quítales el pañuelo Taehyung, quiero escucharlas.
Los demás chicos estaban detrás de mí, Namjoon, Yoongi, Hoseok miraba en silencio nuestra pequeña escena.
—Van a morir todos, se los juro—una de las chicas habló entre lágrimas.
—¿Quién te asegura que tu no lo harás primero, querida?—respondió Taehyung a su acusación.
Me crucé de brazos examinando a cada una, definitivamente el aura era mucho más diferentes cuando traíamos a asiáticas, ninguna se atrevía a levantar la mirada o simplemente respirar.
—Namjoon, dicta el plan que tenemos para estas bellezas.
—Cada una trabajará en la mansión donde las llevemos y serán nuestras secretarias personales, tendrán sus reglas y deben obedecer a ellas. Tendrán comida, ropa, estancia y todo lo que se necesite para sobrevivir. Todo esto durará dependiendo de lo tanto que ganaremos mientras estén con nosotros aquí—las chicas jadearon y negaron con la cabeza, reí.
—Bueno, ya es momento de elegir, ¿no?—apresuró a decir Namjoon—Porque yo ya tengo a mi favorita.
—Yo igual—arqueé una ceja.
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