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Tres meses habían pasado, y fueron los tres meses más caóticos que había tenido.
La señal de que el padre de Mía, Joe, había viajado hacia alguna parte del mundo nos alertó a todos. Trabajamos día y noche intentando encontrar a ese hijo de puta, moviendo fichas para lograr encontrar la ruta.
Fueron tres meses que pasé afuera del país negociando con quienes podrían tener su ubicación, y contactando con sus enemigos. Íbamos por la mitad del mes y faltaba poco para encontrar su ubicación, pretendíamos hacer un ataque para sacar la información necesitaría y después matarlo.
Cosa que se está volviendo difícil, su poder venia de su dinero, cuando vacíemos por completo sus bolsillos su poder quedaría completamente nulo y era sencillo lidiar con él después.
Taehyung estuvo conmigo en todo este proceso, lo necesitaba ya que después de todo el era uno de los mejores hacker de Corea, y uno de mis mejores amigos.
—Esta información fue dada en Brasil—Taehyung señaló el papel que estaba dentro del folio—Lo que da a entender su visita fue poco duradera, aún así explica que entre todos, podría estar en algunos de estos países.
—¿Que dijo el último al que amenazamos?
—Sus testimonios indican que regresó a su país de origen o al que era de su esposa.
—¿Y es?
—México.
—Entonces ya lo tenemos—sonreí—Eres increíble Taehyung.
—Lo sé —habló socarrón.
—Pero no más que yo—le guiné el ojo.
—Eso también lo sé—susurró de forma suave, ignorandolo.
—Bien, todo este maldito rollo me tiene harto, necesito una follada para que no se oxide mi increíble motor, tu me entiendes—respondí coqueto levantándome de la silla.
Salí del cuarto dejando a Taehyung.
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