41.

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—Tu nombre

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—Tu nombre.

—¿Qué?

—Jungkook. Hay muchas maneras de poder nombrarte.

—Jungkook, Kook, Jk, kukencio, kukencito, jungkookie, kookie.

Cerré mis ojos empuñando mi manos, contando del 1 al 10 para mantener la calma.

—Galleta, galletita, kookie—tarareó.

—Basta.

—Se que dijiste que nada de sobrenombres, pero tu nombre es muy versátil—bufó.

Pasé mi mano por mi cara.

—Me gusta Kookie, suena lindo.

Lo último que pasó fue empujar su cuerpo contra la pared tomandola por el cuello mirándola ferozmente, con el mayor odio que podía mostrar.

—Ni en tus putos sueños volverás a nombrarme así—apreté con fuerza su cuello, viéndola como poco a poco se queda sin aire, sonriendo de lado.

—P-para.

Se retorció intentando soltarse de mi agarre, su falta de aire era casi nula y justo cuando su cuerpo dejó de patalear la solté escuchándola toser fuerte.

—Vete al infierno, imbécil.

—Es un bonito lugar, deberías acompañarme—sonreí de lado.

—¿Qué mierda te pasa? ¡casi me matas!—frotó su cuello—¿Porque un simple mote te pone tan loco?

La sonrisa se me borró del rostro.

—Hay cosas que no sabes de mí.

—¿Qué no? ¿por lo menos se tú edad? ¿nombre completo o cuando cumples?—respiró profundo.

La observé fijamente, sobrepasando mi paciencia quizá, pero su linda carita y lo que hay debajo de ese corto vestido hizo calmar mi histérico comportamiento.

—23, Jeon Jungkook, 1 de septiembre—me crucé de brazos.

—Vete a la mierda—reí.

—Mi madre me decía así.

—¿Tu madre te decía que te fueras a la mierda? no dudo que fuiste allí, eres tan imbécil—Reí ante su insulto.

—No. Kookie—un ligero escalofríos recorrió mi espalda baja.

Solía llamarme así de pequeño, cuando sentía miedo y la necesitaba, era su manera de protegerme y hacerme sentir seguro.

Me llamaba así porque decía que era suave como una galleta de chocolate, dulce y tierno. Un recuerdo lleno de tortura para mí, el eco de su voz siempre estaba en mi cabeza impidiendome dormir.

Desde pequeño siempre he tenido pesadillas, y ella siempre estaba cuando tenía una, me acurrucaba en sus brazos con su suave olor a vainilla, susurrandome que todo estaba bien y que nada era real.

"

—Mi dulce Kookie, no temas. Mamá está aquí y no dejaré que nada malo te pase, si sientes miedo ven hacía mi, te protegeré con todo lo que tengo y todo lo que soy, eres mi único y más valioso tesoro, daría todo por ti y quiero que siempre recuerde lo mucho que mamá te ama y que siempre trataré de darte lo mejor.

"

—Oh...

—Ella es la única que me puede decir así. Desde que murió no permito que nadie lo haga.

—Lo siento.

—Da igual, ha pasado tiempo desde ello, tal vez en un futuro podrás decirme así sin que tenga ganas de ahorcarte.

—Prefiero no arriesgarme a morir—susurró.

Observé su rostro apenado y giré mis ojos cambiando el tema de conversación, acercándome a ella para comerle por completo la boca.

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Psicópata ; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora