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—¿Cuál es tu nombre?
Dos semanas habían pasado desde aquella vez en la cabaña en un bosque prohibido de París. Más de dos putas semanas en donde cada vez que intento ir más allá con Mía, algo nos interrumpe.
Y no es que esté necesitado. Después de esos momentos explícitamente excitantes, alguna que otra puta me la mamaba.
Al fin estaba en la mansión, en mi oficina organizando archivos.
—Que mierda te importa—continué organizando evitando el tema de conversación que Mía decidió iniciar.
—Me importa. No te puedo decir papi en un tema serio—habló con obviedad. Giré los ojos volviendo a ignorarla—Por favor...
—Eres un maldito dolor en el culo—la observé suspirando—Jungkook. Sólo me puedes llamar así en situaciones serias y sin abreviaciones.
—Jungkook—probó mi nombre. Miré sus labios los cuales tenían una sonrisa—Es lindo—bufé.
—No te acostumbres—tecleé en mi computador parando para observarla—Sabes la manera favorita que tienes que llamarme, mocosa—guiñé un ojo.
Las mejillas de Mía se tornaron de un color carmesí, sonreí a medio lado hasta que la puerta se abrió de golpe.
—¡Jungkook! No vas a saber lo que pasó—Jimin entró por la puerta con una sonrisa radiante al igual que su cabello, gruñí.
—¿Desde cuándo tiendes a visitarme?
—Desde la última vez que estuve aquí estaba todo calmado. Tente a mi suerte y estoy de suerte—sonrió, coloqué una mano en mi frente.
Hice señas hacia detrás de él, aclarando el porqué de la calma. Jimin observó confuso detrás de él, al darse cuenta de la tercera presencia que había cerca de él, palideció.
—Oh—respondió nervioso—No me había dado cuenta de tu presencia, lo siento. Soy Jimin.
Mía con rostro incómodo, sonriendo ante la presentación de Jimin.
—Soy Mi...
—Jimin, no deberías estar viniendo por aquí—Interrumpí—No hasta que todo esto se termine, y sabes cómo terminará—hablé duro, aclarando que esto no iba a llegar muy lejos.
—Bueno... Quería contarte que Eungmi y yo estamos saliendo—Mía observó curiosa ante sus palabras, me levanté de golpe llevando a Jimin hasta afuera.
—Me alegro por ti, al fin decidiste ser un hombre con pelos en los huevos para invitarla a salir—Jimin me miró mal—Pero quiero que sepas que no deberías presentarte ante mis víctimas, es peligroso.
—Pero parece una buena chica.
—Todas parecen unas buenas chicas, pero sabes lo que conlleva todo este proceso. Así que cero nombres y presentaciones; que aquí no este lloviendo el caos es porque he estado muy ocupado—toqué su hombro—Sabes que eso me encanta.
—Eres un asco Jeon Jungkook—Jimin se quejó.
—Lo sé—guiñé un ojo.
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