44. epílogo

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Cerré la puerta de auto observado el edificio que estaba en frente de mí, un pequeño jardín se podía visualizar de primeras y a gente corriendo por el jardín

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Cerré la puerta de auto observado el edificio que estaba en frente de mí, un pequeño jardín se podía visualizar de primeras y a gente corriendo por el jardín.

Caminé por la cera que había sin tropezarme con las personas que corrían felizmente por allí.

Me adentré en el edifico y visualicé a la recepcionista, acercándome a ella, una vez llegué allí di una media sonrisa.

—Hola, vengo a ver a una paciente.

Asintió con la cabeza tecleando algo en el computador.

—¿Tu nombre?

—Park Jimin.

La chica terminó de teclear dándome el número de la habitación.

—Gracias.

Caminé por los grises pasillos del edificio, este se veía diferente a lo de afuera. Era más oscuro y más triste.

Después de caminar unos cuantos minutos llegué a la habitación o más que todo una celda para gente con problemas mentales.

Esta cubría una pared transparente resistente a los golpes, una silla estaba en frente de ella y el cuerpo de la persona que venía a ver estaba enfrente de ella.

Con calma me senté en aquella silla, observando el cuerpo inmóvil amarrado con un chaleco de fuerza.

—Me alegra de que estés bien.

Hablé por primera vez, su cuerpo aún permanecía inmóvil.

—Ha pasado mucho—hablé, su cuerpo se inclinó hacia adelante dejándome ver por fin sus ojos desgastados.

—Lárgate, no te quiero aquí.

—Mía...

—¡Largo!—gritó, viendo como abría por completo sus ojos cristalizándose.

—No me iré hasta que hablemos—murmuré.

—¿Hablar? bien, ¿de qué quieres hablar?—sonrió de lado.

—Hicimos esto por tu bien. Eres una buena persona Mía.

—Lo soy. Soy una buena persona, maté a Emma. A mi bebé, a mi padre y a...—habló rápidamente deteniéndose ante la última palabra.

—No fue tu culpa—negué con la cabeza.

—Soy un monstruo que no merece vivir—negó con la cabeza—Merezco la muerte, ¡necesito morir!

—Basta Mía—incliné mi cuerpo, poniendo una mano en la pared transparente—Vivirás porque eres una increíble persona. ¿Que no recuerdas todos esos momentos que pasamos juntos? cuando salimos a comer helados los cuatro, cuando me pedías consejos, cuando una vez que tomaste mucho y lloraste a mi lado porque Jungkook era malo contigo...

—¡No lo nombres maldita sea!—se quejó retorciéndose en el suelo—Duele, no lo hagas.

—Mía, sólo quiero que sepas que los chicos están bien, han dejado todo y estamos volviendo a vivir una vida normal—sonreí de lado.

—Y-yo... él me odia, me odia, me odia, me odia, me odia.

Repetía constante una y otra vez, suspiré viendo que dejó de escúchame por completo.

—¿Acaso no te asusta saber que estoy loca? ¿no te asusta saber que soy una psicópata?—preguntó con su cabeza en el suelo—Él nunca me aceptaría así, merezco morir.

—Te quiero, Mía. Y sé que Jungkook también lo hacía.

"
—Me gusta.

—¿Eh?

—Mía.

Jungkook se lanzó al sofá de la sala donde me encontraba.

—Acabé de hablar con Taehyung—resopló.

—Me alegra que por fin se haya abierto contigo—sonreí.

—Me gusta Mía, Jimin. No recuerdo la última vez que me pasó algo igual—su respuesta me tomó por sorpresa, aunque esta fue muy poca. Sabía que había algo de especial en ella.

—¿Porque recordar si puedes disfrutar? haz que esto sea algo nuevo para ti. Ella es especial y lo sabía de antemano.

—¿Como carajos lo sabias? ¿a caso eres un puto adivino?—di una carcajada.

—Sólo lo sé. La quieres mucho como para cambiar tus problemas mentales.

—No tengo problemas mentales, cabrón.

Arqueé una ceja, negando con la cabeza.

—Entonces no negaste que la quieres.

—Tu nunca me preguntaste—habló a la defensiva echando mi cabeza hacia atrás para reírme.

La quería tanto como para no darse cuenta.

"

—¡¿A dónde vas?! ¡vuelve aquí! ¡¿me tienes miedo porque soy una puta asesina?! soy una asesina, asesina, muerte, muerte. Voy a matar a todos, voy a morir.

Lo último que escuché fue un fuerte golpe y enfermeros entrar a la habitación.

Dejé atrás el recuerdo de Mía y de lo que alguna vez fue ella, ese día donde las estrellas se apagaron, la luna se deprimió, las aves dejaron de cantar, aquél día en donde dos almas dejaron de amarse, fue ese final que siempre dio miedo escribir.

Ella le había dicho que lo amaba, pero él nunca la escuchó, y él nunca pudo decirle lo mucho que la anhelaba.

Dejé atrás todo.

Olvidé quiénes eran y que fueron en mi vida.

Olvidé por completo quién fue alguna vez Mía y Jungkook.

Dejé el pasado para poder continuar con el presente.

Terminando un capítulo de mi vida.

🗡️
Agradezco a los que llegaron hasta aquí.
Fue muy difícil pensar en el final porque quería algo diferente pero tampoco quería decepcionarlxs, también pensé en hacer un final alternativo pero no le vi mucho sentido. Quizás en un futuro lo haga, no saben lo feliz que me siento después de tanto tiempo poder volver a escribir. Prometo escribir más y compartilo. 💗

Psicópata ; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora