Duelo

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En cuanto la chica estuvo arropada en la cálida cama, el analgésico y el té comenzó a hacer efecto. El cansancio y el estrés era grande, no creyó que el coraje que pasó ayer con el descendiente de la secta Jin fuera tan grande. 'Una ráfaga de luz volvió a despertarla, esa luz brillaba tanto que ni con cerrar los ojos desaparecía, molesta se paró de la camilla para encontrarse con el mismo portal que la trajo hasta ese mundo frente a su cama. Con alegría y gozo saltó hasta el otro lado pisando nuevamente la alfombra de su cuarto, se cerró el portal, abrió la puerta de su cuarto para ir corriendo hasta la habitación de su madre pero al bajar las escaleras, una mujer canosa y agotada la recibió sentada en la sala junto a cinco mujeres de apariencia familiar.

- Me alegro de que vinieran chicas- Con voz ronca y desgastada habló la mujer de cabellos blancos.

- Claro que vendríamos señora, _____ era una chica especial entre nosotras, es injusto que la policía diera por terminada la búsqueda- Una de ellas habló con cierto coraje y tristeza.

- Cheryl Basta- La mujer con las facciones más finas, espetó.

- No, Hedi, no terminaremos de pelear con la policía hasta que la encuentren, su alma tiene que descansar- El listón rojo que llevaba antes en una coleta, ahora lo tenía sosteniendo los dos mechones de cada lado de su cara en un pequeño moño.

- Yumi, no hablemos más, la madre de _____ no le gusta estas discusiones...

- No te preocupes Zuri, de hecho, lo veo como una esperanza de poder encontrar a mi hija... o a su cuerpo- La mayor, con ojos brillosos y lagrimosos volvió a hablar- Naty, ¿Qué te ha dicho tu hermano?

La nombrada cubrió su rostro con su mochila, negando lentamente.

- No han encontrado ni siquiera las botas o el abrigo que desaparecieron en su cuarto- Conectando la mirada con la mayor, tragó en seco- Ya han pasado tres años señora... ¿No cree, qué es mejor dejarla ir?- Un doloroso y sonoro sollozo salió de su madre, la mujer canosa.

- Es difícil haber hecho un funeral sin mi niña tratando de consolarme, mi padre la quería tanto.

Ahora lo entendía, estaba teniendo otra vez esa pesadilla, donde el tiempo avanzaba sin ella. Su familia envejeciendo, sus amigas haciendo sus vidas independientes, las personas que más amaba estaban muriendo. Pronto comenzó a sentir el rostro húmedo y los músculos de su cara contraerse, probablemente ya estaba llorando en una camilla de sabanas blanca, en un mundo tan distinto pero a la vez, igual de cruel'

- ¿A-Min? ¿Puedo pasar?

- No- Se enderezó en la camilla secando la cascada de lagrimas en su rostro, pero como es una cascada, es difícil de secar.

- A-Min.

- Te dije que no entraras- Inútilmente siguió pasando las mangas de su túnica por sus ojos- Otra vez, volví a soñar- Confesó finalmente, Jiang Cheng, por su parte, cerró la puerta y se acercó hasta estar sentado al pie de la camilla- Me siento tan culpable, tan tonta por no haberle dicho a mi mamá tantas cosas. La dejé con mi abuelo enfermo y con toda la carga.

- ¿Porqué la dejaste?

- Esa nunca fue mi intención- Poco a poco comenzó a regular sus lagrimas y su tristeza- Ni siquiera sé como llegué a Yummeng aquella noche...

Aunque dejó atrás la esperanza de volver a ver a quienes ama, la sensación de que le faltara personas, diálogos y rutinas cada mañana era siempre tan extraña e incomoda que, para olvidar, comenzó a tomarle afecto a las nuevas personas que le rodeaban, sin importar el castigo o la herida, no dejaría que cualquiera los lastimara.

Dentro... ¡Fuera!//Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora