Dentro... ¡Fuera!//Mo Dao Zu Shi

Caído en el amor

Como era de esperarse de un hombre de carácter fuerte y poca paciencia como Lan Qiren, en cuanto pisó Gusu de nuevo, regañó a Wei Wuxian con dureza frente a todos y volvió a asignarle el castigo de copiar las reglas en la biblioteca. Resumiendo las casi dos horas de gritos, insultos disfrazados y casi tres paros cardiacos por su excesivo coraje, le dijo que era la persona más rebelde y desvergonzada que jamás haya visto en su vida, que entre mejor se apartara de los otros alumnos y especialmente de Lan Wangji (su favorito) mejor para todos. Wei Wuxian, sin sentirse humillado ni enojado, tan solo sonreía esperando el fin de la platica, para cuando Lan Qiren ya no estaba, Wei Wuxian le habló a Jiang Cheng.

- Es gracioso como me pide que me pierda cuando ya es demasiado tarde para eso, ya contamine a su persona, que feo caso.

- Wei Ying, será mejor que no le digas nada que es alguien mayor- Llegó Zhang Min a platicar un rato, pues Lan Xichen (quien se ofreció a entrenarla) le dio un momento de descanso.

- Pff, mei mei, si supieras que también te mencionó- La menor conectó mirada con Jiang Cheng para confirmar la información, y este asintió.

-¿Qué dijo?

- Que eres muy extraña y diferente a las demás chicas de aquí. También dijo que tenias una espada porque no tenias feminidad- Wei Ying, cruzado de brazos esperó la reacción de la menor- Sacó ese tema porque comparó tu rebeldía con la mía.

- Basarse en estereotipos ¿No estaba en contra de las reglas del clan Lan? Y no soy rebelde- Con un gesto de disgusto cruzó los brazos.

- Solo estaba enojado por culpa de Wei Wuxian. No tienes la culpa de nada mei mei.

( . . . )

Después de la catástrofe de la Ciudad Caiyi, el líder de la secta Lan pasaba menos tiempo dando clases por solucionar ese problema y los demás pasaban más tiempo en las montañas. Todo parecía estar en tan linda y tranquila armonía, que por un momento Zhang Min pensó en que probablemente el lugar no era tan desagradable después de todo, pasar horas frente a un escritorio en tu propio cuarto sin posibilidades de que la pandemia termine o se desarrolle una vacuna efectiva no era algo a lo que quería regresar, pero tampoco le encontraba ventaja levantarse diariamente a las cinco de la mañana, bañarse con el agua más fría de su vida y luego ir a entrenamientos un poco extremos (pelear con una espada con la mitad de peso que tu, pararse de manos mientras escribes las tres mil reglas del clan, correr por una hora con las casi diez túnicas encima) prefería ser castigada escribiendo en una biblioteca tan bien ambientada con una hermosa vista a los arboles y praderas de Gusu.

Tan pronto como investigar la cultura asiática se convirtió en su pasatiempo favorito, también lo hizo el número siete, pues a las siete de la noche se terminaba su entrenamiento diario.

"¿Cómo es posible que aún peleando por tanto tiempo, el maestro Lan se siga viendo tan elegante y virtuoso?"

- ¿Alguna duda sobre el día de hoy Zhang Min?

- Ninguna joven maestro- Detuvo su caminar repentinamente- No, si tengo una duda. No sé si usted ya se había dado cuenta o se lo hayan dicho anteriormente pero ¿Porqué es que usted y su hermano, cuando pelean, se ven tan elegantes, no se agitan, no sudan y su cabellera tampoco se desordena?

"¿Lo dije o lo pensé?"

Pronto las ligeras carcajadas del mayor llenaron el ambiente, que vergüenza.

- No es una duda sobre la clase pero igualmente la responderé- Sonriente se agachó hasta estar a la altura de la menor, pues pese al tiempo, seguía viéndose como una niña de catorce años cuando estaba a nada de cumplir los dieciséis- Tenemos nuestros secretos, pero haré una excepción contigo porque casi nunca nos toca entrenar discípulos tan especiales y sobresalientes como tú- Analizando la ultima oración la chica frunció el ceño "¿Especial?"- Pensamos en quienes más amamos- Susurró- Así nos desempeñamos más en el combate creyendo que estamos protegiendo a esa persona y, casualmente, la cara de un enamorado o de alguien pensando en un ser amado es más atractiva.