Yummeng

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Yummeng era un lugar, por mucho, muy hermoso, kilómetros de flores y semillas de loto adornaban las orillas de los lagos del lugar, la arquitectura y artesanía le daban un plus de elegancia y armonía a la secta que vivía ahí. Pero las personas le daban ese toque de alegría, los comerciantes eran amables pero con carácter, las mujeres alegres y juguetonas y los ancianos muy hogareños. Jiang Cheng junto a Zhang Min regresan al Muelle del Loto desde Gusu, hasta ahora no hubo ningún inconveniente en el camino hasta que a solo unos metros del muelle un cuerpo flotaba boca abajo, un cuerpo muy conocido a decir verdad.

- ¡Wei Wuxian! Cuando te dije que te fueras al carajo no lo decía en serio- Zhang Min, con su espada picó la espalda del chico para voltearlo, pero fue sorprendida cuando Wei Wuxian tomó con fuerza la espada y tirando de ella, lanzó a la chica al agua- ¡Wei Wuxian!

- ¡Jiang Cheng! ¡Ven a jugar!

- ¿Y tener que bañarme otra vez? Ni de broma, estoy cansado- Siguió su camino en el bote hasta llegar al muelle.

Los jóvenes que estaban en el agua siguieron peleando hasta cansarse, salieron del agua comiendo semillas que recolectaron jugando.

- ¿Cómo te fue después de que yo me fuera? Tremendo infierno tuviste que vivir, son tan estrictos- Comenzó a platicar Wei Wuxian- Me dijo Jiang Cheng que tu también recibiste un castigo de Lan Qiren.

- A decir verdad mi castigo fue un poco más severo porque fui yo quien comenzó la pelea. Y me fue bastante bien, Hanguang Jun me ayudo a completar mi entrenamiento y a pasar las clases con buenas notas- El contrario soltó las carcajadas más escandalosas que había hecho en su corta vida.

-¿Hanguang Jun ayudándote? Te dejaron loca- Con una mueca en el rostro la chica volvió a hablar.

- También tuve un combate con él y ninguno gano, fue un empate- El pobre chico estaba a punto de morir asfixiado de la risa.

- ¡Wei Wuxian! ¡Cállate! que ni tu podrías haber hecho tal hazaña- La voz agresiva y dominante de aquella mujer hizo un corte limpio en las burlas de Wei Wuxian. Zhang Min saludo primero con Jing entre ambas manos.

- Dama Yu.

- Me dijeron que obtuviste un empate con el segundo maestro Jade, no es el logro que esperaba en tu segundo año de entrenamiento pero al menos es algo- Comentó indiferente- ¿Dónde está Jiang Cheng?

- Acaba de entrar madame.

(...)

Había una costumbre, un patrón que siempre se repetia en cada reunión con la esposa del líder del clan Jiang, Jiang Fengmian. Primero reprochaba a Jiang Cheng por no progresar en su cultivo para después regañar a Wei Wuxian por sus travesuras y por arrastrar a Jiang Cheng con él, Wei Wuxian se defendía y al final Jiang Cheng también terminaba regañandolo por no quedarse callado frente a su madre, mientras la menor escuchaba en silencio esperando próximas instrucciones pero esta vez ese patrón cambió.

- ¡Wei Wuxian, cállate!- Era la tercera... realmente perdió la cuenta de cuantas veces le habían gritado al chico el día de hoy, sinceramente Min no podría tolerar que le gritaran a cada rato, pero la personalidad del chico era rebelde, escandalosa y revoltosa por naturaleza.

Jiang Cheng se dirigió a su madre- No es que quisiéramos disparar cometas en el Muelle del Loto, pero en este momento a ninguno de nosotros se nos permite salir. La secta Wen asignó todas las áreas de caza nocturna para sí misma, por más que quiera ir a cazar no podría. Así que quedarse en casa y no salir es para evitar la furia de la secta Wen. ¿No es esto lo que tú misma le recalcaste a padre, madre?

Sonrió con amargura.

- Esta vez, incluso si no quieres irte, tendrás que hacerlo de todas formas.

Dentro... ¡Fuera!//Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora