Dentro... ¡Fuera!//Mo Dao Zu Shi

Seducción

¿Sentía más coraje ahora? Sí

¿Estaba absteniendose de asesinar a Wen Chao y a su noviecita? Definitivamente

¿Terminar en el regazo de ese patán mientras le devoraba el cuello es razón para matarse? Joder, claro que sí.

Se odiaba, como nunca había odiado a nadie más pero era realmente necesario estar en esta situación para salvar a sus maestros de esa cueva, maldijo el día en que creyó que aquel portal era solo un sueño.

- ¿Cómo no pude darme cuenta antes? Tu cuerpo es pequeño pero muy satisfactorio, Wang Lingjiao también tenía buen cuerpo pero era demasiado brusca y tosca, además eres mucho más atractiva y poderosa- En cuanto Zhang Min saliera de sus asquerosas manos se lavaria el cuerpo con el químico más desinfectante que exista actualmente. Sin pudor o cuidado Wen Chao mordia su cuello y hombros, pellizcaba sus caderas y cintura, debía llorar o por lo menos vomitar en ese mismo instante.

Sacrificó su primer beso y su cuerpo para salvar a sus maestros, pero no estaba dispuesta a sacrificar más porque con eso era más que suficiente. El miedo no faltaba por una posible falla en su plan y de que él realmente terminara por tocarla hasta satisfacerse, el corazón latía desenfrenado y la desesperación por poder escapar lastimaba su mente poco a poco.

- Tiene razón ¿Cómo pudo fijarse en ella? En la competencia del año pasado tuvo una oportunidad conmigo y no la aprovechó- Aferrando sus manos a la túnica del chico para no matarlo, volvió a mirarlo y lentamente se bajo de sus piernas para acostarlo en la cama- Estás tardando mucho ¿No crees?

- ¡Incluso vas al punto! Estás gustandome más.

"No disfrutarás por mucho"

(...)

Después de al menos una hora de búsqueda, quejas y regaños injustificados encontraron la dichosa cueva, estaba escondida entre hojas de arboles, ramas y bastante tierra. La entrada era estrecha y realmente incómoda para poder entrar, había al menos desde la entrada hasta el piso treinta pies de altura. Como era de esperarse Wen Chao puso al frente a los demás discípulos como carnada en caso de que el monstruo con el que iban a pelear estuviera cerca, Jin Zixuan no soportó más el abuso de autoridad y se reveló, sorprendiendo a Wei Wuxian por los argumentos válidos (sin sarcasmo) el tipo tenía valor.

Maldita autoridad, maldito Wen Chao, maldito todo el mundo ¿Porqué la vida no podía ser más fácil? ¿Qué maldita necesidad hay de querer arruinar lo poco buena de esta?. Zhang Min aprendió a ser paciente en GusuLan, firme en YummengJiang pero esos valores estaban haciéndose añicos con solo la presencia del hijo de papi Wen y su perra. Wei Wuxian apenas había asomado la cabeza para comprobar la profundidad de la entrada al suelo cuando Wen Chao lo empujó al vacío, discretamente Min hizo lo mismo con él, debía probar un poco de su propia medicina de vez en cuando.

- ¡Joven maestro Wen! ¿Se encuentra bien? ¡No se muera antes de que nos casemos y deje a esta pobre barata!

- ¡¿Qué te pasa animal?!- Cada vez era más graciosa las reacciones de Wang Lingjiao, se enojaba pero cuando recibía la mirada de Min, se retorcía de la desesperación por no poder hacer algo, si se lo pidiese a los guardias haría más escandalo, molestando a Wen Chao.

- ¿Quién tiene la espada aquí, corazón? Vamos, sigues tú- ¿Porqué los discípulos de la secta Wen no se oponían a ella? Ser discípulo especial tenía la única ventaja de tener poder sobre ellos, después de los maestros y los lideres, claro, no podía ordenarles pero todo lo que ella hiciera no debía ser cuestionado por ellos.

Con odio en su mirada y coraje en su ser, Wang Lingjiao tomó una de las raíces que colgaban del techo de la cueva y poco a poco fue bajando, al menos estaba haciendo algo ella misma. Después bajó Jin Zixuan, Jiang Cheng, Nie Huaisang y al final quedaron Zhang Min y Lan Wangji.