Semana uno

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Siempre fue de pasar vergüenzas, pero por la pregunta que hizo en el comedor fue la peor hasta ahora, captando miradas incrédulas y burlonas haciendo reír incluso a los niños. A la próxima mejor descubrirá las cosas por si misma. Y es que... Preguntó aquello por Madame Yu, en su trayecto hacía el campo de entrenamiento le dijo que era tan inútil que ni siquiera tenía el mentado núcleo de oro, lo cual le importó un carajo al principio pero no lo dejó pasar porque parecía importante después de todo.

- Bien, creo que de donde vienes no hay personas con núcleo de oro, por eso la pregunta- Justificó Wei Wuxian- Algunas personas nacen con un núcleo de oro, es nuestra fuente de poder para manejar una espada, realizar talismanes y te podría hacer una gran lista de sus ventajas, sin él solo somos personas comunes.

Ahora resulta que aquel portal la había transportado a un mundo de magia, espiritualismo y brujería.

- Son muchas las variables del nivel de poder del núcleo, la mayoría de quién lo posee son parte de clanes importantes como lo es el clan Jiang, nosotros- Ahora su voz sonaba más altanera y orgullosa- El clan Jin, Nie, Wen y Lan.

Una vez aclarado todo el asunto, tenía una idea más clara de donde estaba, no era muy diferente a la antigüedad china de su mundo, pero no sabía si las dinastías eran lo mismo a un clan. No había quién controlaba estos clanes, mientras más poderoso era uno, más poder de influencia tenía sobre los otros clanes, y muchas de las disputas se resolvían con peleas, era un desastre este mundo. Pero, de alguna manera estaba muy bien controlado...

El olor del humeante caldo junto a la comida muy bien condimentada comenzaba a abrir el apetito de todos en el comedor, no tardaron mucho en terminar de comer hasta la ultima migaja, eso hizo el clan, en cambio ______ solo pudo comer la sopa de raices de loto que hizo la señorita Yanli, pues la primera mordida de uno de los platillos la hizo llorar, le habían dicho que la comida era picante ¡y le gustaba lo picante! pero no esperaba que fuera ¡tan picante!

Despues de la divertida cena entre un Jiang Cheng siendo retado por Wei Wuxian para ver quien podía comer más chile, se fue cada quien a su habitación, no sin antes de un chequeo.

- Zhang Min, debo cambiarte el parche en la frente y tratar las heridas del entrenamiento- Yanli entró con todo lo necesario y necesariamente una sonrisa- Bien, si te duele puedes decirme- Asintió con la cabeza para después cerrar los ojos y esperar el ardor de la frente.

Quitó el parche.

Y no volvió a sentir ningún movimiento más por Yanli.

Abrió los ojos confundida, encontrando los ojos de la mujer dirigidos a su cabeza pero expresando confusión y un shook.

- La herida, no está.

(...)

- ¡Más rápido Zhang Min! Hasta un lisiado es más veloz que tu- Nuevamente Madame Yu la citó a otro entrenamiento.

Odiaba correr y no ayudaba en nada el terreno rocoso y arenoso.

- Wei Wuxian ¿No crees que madre quiere algo de Zhang Min?

En una área un poco apartada del campo, ambos hermanos disfrutaban de la vista de una niña tratando de correr con los mismos quince disipulos del día anterior.

- Tal vez, es igual de exigente como lo es con los nuevos disipulos, lo más probable es que la quiera como un discípulo y no como una trabajadora- Habló después de un bostezo de aburrimiento- Después regreso, iré a cazar faisánes.

- Espera, es que... Sigo sospechando.

- ¡Tranquilo Jiang Cheng! No la va a matar del cansancio, además, dijo Yanli que la enorme herida que le hizo mi espada a su frente desapareció por completo, tal vez tiene un poder curativo muy poderoso, si se lastima, sana- Dando ligeras palmadas al hombro derecho del contrario se retiró vagamente mientras silba cualquier melodía que alegre su día.

Era cierto que Madame Yu era estricta con todos, pero parece tener un cierto interés por la niña recién llegada, no es que el chico de morado sea celoso con su madre pero la conocía y sabía que quería algo de esa pobre chica. Pues era cierto, los buenos para nada (como ella llamaba a la mayoria de sus disipulos) no podrían proteger a sus hijos y aunque se lo pidiera a Wei Wuxian estaba segura de que él haría algo imprudente y terminaría por meterlos en problemas. Ninguna de sus trabajadoras quería perder su feminidad con una espada así que lo más conveniente era tomar a una niña (al ser pequeña absorberá carácter y mucha información) que no tuviera recuerdos de quién era o de donde venía para persuadirla y decirle que su misión en la vida era proteger al clan Jiang.

Todo sea por el bien mayor ¿No?

- Madame Yu... No puedos más- Jadeó la niña.

- ¡Una queja más y te daré otra sesión de cincuenta lagartijas! ¡Ve más rápido!- Ni el profesor de educación fisica era tan cruel...

- Voy a morir- Se volvió a quejar, en silencio, no quería otra sesión de lagartijas.

Lo dijo, lo dice y lo dirá por el resto de su estancia ahí, meterse a ese portal fue la cosa más estupida que pudo haber hecho, no le gustaba el ejercicio en cambio la tenían en el suelo pegada a la tierra haciendo planchas, la comida picante no era su fuerte y por poco se intoxica y para colmo la reciben con un golpe en la cabeza con una jodida espada.

Tal vez sea la situación que la hace pensar así pero su mente y cuerpo no era de mucho aguante.

Ya era una semana desde que su entrenamiento nada autorizado había empezado, no le dio tiempo de buscar como regresar, las heridas que sacaran sangre se curaban al dia siguiente pero sus musculos estaban tan tensos y adoloridos que cuando tropezaba y caía, no hacía el mínimo esfuerzo por volver a levantarse.

Por lo menos no estaba en cuarentena, eso si era muy jodido.

- ¡Zhang Min!- Aqui vamos otra vez... - Hoy no podré verte entrenar, me iré por asuntos de la secta. No quiero que dejes el entrenamiento- La misma mirada desaprobatoria, no ha cambiado de expresión desde la primera vez que la vio- ¡Jiang Wanyin! ¡Wei Wuxian! Si me entero que le cambian la rutina se las verán conmigo.

Superior y elegante, se retiró.

- Wei Wuxian, Jiang Wanyin, no se preocupen, podré hacer la rutina, no se preocupen por ello- Dando una ligera reverencia, avisó a sus, ahora superiores- Pero, si no ess molestia, quisiera pedirles algo.

- Ah! Zhang Min no hables tan formal con nosotros ¿No somos amigos ya?- Usualmente odiaba a la gente confianzuda, pero él parecía agradable y sabía mantener distancia, así que sólo le dio una sonrisa.

- ¿Qué vas a pedir?- Preguntó Jiang Cheng.

- Que no me griten.

No esperó que ambos se soltaran a reir por media hora, ellos conocían a su señora y le gritaba a todos, sin excepción alguna, pero saber que con la primera semana de entrenamiento no aguantara los gritos era de risa, porque aún faltaban los regaños de verdad.





















Vengo escribiendo el capitulo desde el... Viernes o Sábado y justo ahora logré publicarlo (Lunes) los profesores apenas tienen piedad con uno... Pero yo no a ellos, en cuanto envian, entrego para darles trabajos que revisar

 Pero yo no a ellos, en cuanto envian, entrego para darles trabajos que revisar

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Dentro... ¡Fuera!//Mo Dao Zu ShiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora