Tres días después Yara despertó otra vez sin noticias de Apolo, no se había conectado al móvil y no sabía ni qué decirle pero él tampoco le había escrito. Se sentó a los pies de la cama y se vistió. Aprovechó para llamar a sus padres en España y decirles que todo estaba bien, que estaba contenta con sus clases, sin mencionar las peculiaridades de sus compañeros de piso ni de su ¿podía llamarlo relación? con Apolo.
Al final estuvo hablando casi una hora de banalidades al fin y al cabo ya que no hacía mucho más que ir a clase, estudiar en casa y trabajar.Salió de su habitación para desayunar y un profundo olor a café recién hecho le invadió. Se encontró a Marc frente a la cafetera sirviéndose y se sentó frente a él.
- Buenos días Yara. - sus ojos se posaron en ella y un intento de sonrisa apareció en sus labios.
- Buenos días, ¿qué tal estás?
Marc hizo una pequeña mueca arrugando la nariz y cogió el periódico susurrando un pequeño "podría estar mejor". En primera plana de éste salía una foto de unas personas con pañuelos y capuchas que sólo dejaban ver una pequeña parte de los ojos aunque era una foto de bastante mala calidad en blanco y negro junto con el titular *Manifestación a favor de los derechos de las familias* explicando que mañana desde Central Park empezaría la manifestación a cargo de El Cambio, un pequeño grupo de lo que llamaban revolucionarios que sólo intentaban buscar la libertad y la igualdad aunque eso en un régimen bastante autoritario era definido como casi terrorismo o enemigos del Estado.
- ¿Puedo preguntarte algo?
- Claro - Su intensa mirada azul se fijó en ella y una sonrisa juguetona apareció - No suelo morder.
Yara se relajó un poco al oír ese intento de broma y se fijó un poco más en los ojos de Marc. Eran azules muy bonitos pero no tenían nada que ver con los de Apolo, esos ojos azules más oscuros se veían apagados, apáticos, no como los de su desaparecida pareja, que denotaban pasión y seguridad.
- ¿Tienes pareja? - nada más salir esas palabras el chico levantó la ceja casi acusatoriamente y Yara deseó que la tierra se la tragara.
- ¿Te interesa mi vida amorosa por algo en concreto? - Su sonrisa divertida había vuelto a aparecer y Yara se volvió a relajar un poco. - No, no tengo pareja, no tengo el más mínimo interés en el amor, las relaciones o como lo quieras llamar.
- ¿Y puedo preguntar por qué?
- No me interesa. - respondió con gran simpleza y naturalidad, levantando ligeramente los hombros y bebiendo un largo trago de café, como si hubiera ensayado esa respuesta un millón de veces. - ¿Responde eso a tus preguntas? - volvió a mirar divertido al toparse con una cara de sorpresa por parte de Yara.
- Eh, bueno - No sabía cómo sacar el tema de Erik sin que fuera demasiado evidente y lo intentó de alguna forma posible - sí y no, ¿sabes el efecto que podrías estar causando a alguna persona en este momento? - falló estrepitosamente.
- Si te refieres al del chelo, ya le dejé claro que no pienso como él ni tengo sus mismas intenciones, y antes de que digas nada, sí, lo dije de manera educada. - Erik no le había contado nada de eso a la chica, quizá pensó que sería un poco humillante contarle todo lo ocurrido - Venga, no me digas que pensabas que no estaba al tanto de todo, vivimos pared con pared.
- Bueno, entonces todo aclarado. - ella se levantó con suavidad con la mirada de Marc en ella y le pidió el periódico para leerlo, el cual se lo cedió y ambos salieron juntos camino a clase en silencio.
Caminaron por las agitadas calles de Nueva York, mochila y estuches en mano. Al entrar en clase se separaron con una leve inclinación de cabeza y ambos se sentaron en una esquina diferente, Marc con un compañero que ella seguía sin saber su nombre y ella con Erik y su grupo de compañeros. Las clases pasaron; nuevo repertorio le habían dicho a Yara con una sonrisa sus profesores de asignaturas prácticas y ella de buen gusto, lo aceptó mirando el gran taco de partituras que había sobre la tapa del piano.
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El Cambio por la Libertad
Science FictionYara se muda a Nueva York a terminar sus estudios de piano cuando súbitamente se ve envuelta en una Revolución.