Aquella noche estuvieron los tres juntos cenando en el piso de abajo ya que de arriba nadie se atrevía a bajar y sabían respetar el espacio personal de los demás.
Comían en silencio salvo algún pequeño intercambio de frases de cortesía pero ya estaban tranquilos.- Me gustaría que entre vosotros hubiera paz - Yara daba un último sorbo a su botella de agua tras hablar y sonrió al sentir las dos miradas sobre ella en silencio - no me miréis así, siempre estáis discutiendo y tras lo de hoy no va a volver a pasar, - se puso seria- nunca. - hizo énfasis en la última palabras a lo que ellos asistieron con la cabeza. - Sois dos de las personas más importantes en mi vida y ya no puedo soportar que tú le denigres constantemente y le faltes al respeto y que tú le provoques porque no me digas que no discutís sobre política a posta y le llevas la contraria siempre. - Apolo iba a rechistar pero al ver la mirada de precaución para que midiera sus palabras que le dio Yara decidió callar y volver a asentir.
- A mi me parece bien, - R elevó las cejas hacia ella que le dio un pequeño golpe en el brazo - será raro ver a la estatua de mármol sin insultarme o decirme "te odio" con la mirada. - Apolo volvió a soltar un bufido que hizo que el artista soltara una carcajada. - ¿Qué opinas, hijo de Zeus?
- Me parece que lo intentaré, no me queda otra - se le veía un poco molesto porque le llamara estatua de mármol, no era la primera vez que lo hacía y todas y cada una de ellas le irritaban, no era un Dios por mucho que el artista le comparara continuamente pero eso parecía que no lo iba a admitir nunca el pintor.
- Genial, gracias. Y ahora me gustaría que habláramos los tres de lo que ha pasado durante este tiempo. - fruncieron el ceño sin entender muy bien por dónde iria la conversacion - Apolo es el amor de mi vida - levantó la mirada con una ligera sonrisa - y durante casi un mes estuve teniendo....- no encontraba la palabra adecuada pero se esforzó - una pequeña relación extraña con R.
- Define extraña - Robert no sabía a qué se refería con extraña, para él había sido una experiencia enriquecedora.
- He sentido sentimientos fuertes, me hacía sentir muy bien en momentos donde lo único que quería era acabar con todo. - Apolo bajó la mirada al suelo, no podía siquiera imaginarse la escena. - Pero eso acabó, estamos aquí y ahora y me gustaría que nuestras relaciones siguieran en el punto que las dejamos antes de la Revolución.
Apolo asintió con la cabeza mientras se levantaba para irse a trabajar, habían conseguido café y él habían sido el principal beneficiario de aquello puesto que en un par de días había una gran concentración de gente frente a una sede del Gobierno y había muchos cabos que atar.
La muchedumbre estaba furiosa, el Gobierno había suspendido algunos servicios básicos y además se habían atrevido a subir los impuestos sobre los comercios y la gente empezaba a estar desesperada. El Cambio estaba al completo sobre el escenario improvisado, ese día nadie se quedaría detrás puesto que se suponía que no había gran riesgo como otras veces pasadas.
Yara se volvió a situar a la izquierda de Rojo que dejó a propósito escapar un par de rizos negros de su capucha para despistar y aunque no se le podía ver la cara, ella aseguraba que una pequeña sonrisa se formó en ella puesto que sus ojos se achinaron lévemente.
Tras un gran discurso motivador por parte de Rojo parecía unánime y muy firme su petición, elecciones generales por primera vez en muchos años de represión y a ellos como principales candidatos. El pueblo estaba de su parte pero sabían que el Gobierno estaba totalmente en contra.
Cuando Marrón se encontraba hablando unos pequeños botes empezaron a caer sobre el escenario y aunque era un gas incoloro el olor característico del dióxido de azufre se hizo muy presente a los pocos segundos ya que todos empezaron a toser y a dispersarse pero cuando eso ocurrió otros botes con gas mostaza cayeron inundándo todo el ambiente e impidiendo ver absolutamente nada.

ESTÁS LEYENDO
El Cambio por la Libertad
Science FictionYara se muda a Nueva York a terminar sus estudios de piano cuando súbitamente se ve envuelta en una Revolución.