Se quitó rápidamente la chaqueta y la dejó en su lugar inicial, bajó corriendo las escaleras cuando de nuevo varias armas la apuntaron directamente. Iba con el pelo suelto y la cara descubierta y rápidamente identificaron a la joven y se abalanzaron sobre ella, Arthur y William la cargaron entre sus brazos mientras le llenaban la cara de besos, John comenzó a llorar mientras le decía palabras bonitas y Philip y Gabriel la abrazaron tan fuerte mientras sonreían que incluso le dolió. Los demás sonreían y le daban cortos abrazos, estaban muy contentos de verla y de que estuviera con ellos de nuevo.
R estaba en el umbral de la puerta, con una sonrisa de ver que ella estaba bien y de vuelta, justo a la izquierda de un Apolo todavía quieto con la boca ligeramente abierta formando una pequeña sonrisa. Todos empezaron a disiparse y empezar a trabajar con los materiales que habían traído recién salvo R que se sentó en la planta baja al lado de las cocinas sin molestar junto con unos papeles que hacía que leía aunque estaba totalmente pendiente de todo y Apolo que se aproximó a Yara despacio.- Me alegro que estés de vuelta - se sintió estúpido, muy estúpido, llevaba soñando este momento dos meses y eso es lo primero que dijo, y ella se dio cuenta porque frunció el ceño lévemente mientras una pequeña carcajada salía de sus labios. - quiero decir, lo siento, me siento terriblemente mal por lo que hice.
Ambos estaban a pocos centímetros del otro, se miraban a los ojos y ella veía arrepentimiento y amor en los gélidos azules mientras él veía tristeza profunda en los marrones aunque con un ápice de cariño. Ella puso su mano sobre el cuello del otro y sonrió para sus adentros al comprobar que su piel se estremeció bajo sus dedos, le acarició con dulzura mientras el líder se atrevía a imitarla y acariciarle la cara, se habian echado mucho de menos pero aun así no se besaron, él hizo un leve inicio acercándose pero ella le subió el mentón para que la mirara.
- Me alegra estar de vuelta - le abrazó, estuvieron varios minutos abrazados, sintiéndose el uno al otro, embriagándose de sus olores y disfrutando del tacto del otro, habían estado dos meses separados y se les había echo realmente dificil y eterno.
Lo que no sabían es que R les miraba con una sonrisa triste desde donde estaba y que en las escaleras se encontraba toda la familia en completo silencio sin que se dieran cuenta siquiera que estaban observándoles con sonrisas en el rostro.
Se separaron con una cuando oyeron los pequeños sollozos de John que se lanzó corriendo y acabó siendo un corto brazo de tres mientras Apolo reía, Yara extrañaba demasiado esa risa, hacía mucho que no la oía y se unió a ella haciendo ese momento imborrable para un R que esa noche lo dibujaría con total exactitud en uno de sus últimos lienzos de tamaño medio.Había ya anochecido en la sala llena de colchonetas del Café, no había suficientes para todos por lo que Clarise y Ryan compartían una y Neal, Justin y Kendra otras dos, y llegó la hora de dormir y Yara se movía entre ellas buscando una libre pero rápidamente se dio cuenta que no había ninguna.
Apolo se acercó a ella y le agarró suavemente el brazo para llamar su atención pero ella al notar su agarre sobre la cicatriz se apartó con cuidado, le preguntó si dormiría junto a él pero ella vio que R estaba abajo pintando y previamente le había dicho que cogiera la suya por lo que declinó la oferta del líder y se sentó dos colchonetas a la derecha, que era donde el moreno dormía. Apolo no se sintió mal, sabía que no todo volvería a ser como antes y lo aceptó en silencio mientras se ponía a leer unos documentos de última hora.Tras varias horas durmiendo Yara se despertó agitada tras una pequeña pesadilla, la habitación estaba iluminada levemente por la Luna y en completo silencio ya que todos estaban en calma, supuso que los que estaban despiertos simplemente descansaban para no hacer ningún ruido por respeto hacia los demás. Se levantó de la solitaria colchoneta y bajó al piso inferior donde estaba R pintando con una mano mientras sujetaba con la otra un botellín de cerveza. Subió la mirada al ver movimiento en la escalera y una sonrisa apareció en su cara cuando la vio sentarse sobre su regazo rodeándola con el brazo de la bebida que ella tomó y dejó sobre la mesa con cuidado.
El cuadro estaba casi terminado, era precioso, había sido capaz de plasmar los sentimientos contenidos hacía unas pocas horas. Ella le acariciaba con dulzura el pelo mientras apreciaba todos los pequeños detalles sobre el lienzo.
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El Cambio por la Libertad
Ciencia FicciónYara se muda a Nueva York a terminar sus estudios de piano cuando súbitamente se ve envuelta en una Revolución.