11. Negro

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Yara entró en casa con sigilo, no quería que nadie la viera así por lo que comprobó antes de atravesar el salón que la estancia estaba vacía y cuando lo confirmó emprendió una pequeña carrera hasta su cuarto. Nada más llegar se quitó toda la ropa y pudo apreciar el gran moratón que cada vez estaba de un color más desagradable que cubría una gran parte de su abdomen donde le habían pisado muy fuerte por primera vez esa mañana. Las piernas estaban relativamente bien, no tenía muchas marcas de golpes aunque sí que tenía pequeños cortes y raspones del pavimento.
Se decidió a llamar a Apolo. Tras dos tonos interminables para ella la llamada se descolgó.

- Yara, buenas noches - se le oía cansado pero tranquilo, hubiera jurado que tenía una pequeña sonrisa en los labios - ¿qué tal estás?

- Necesito hablar contigo. Es sobre John. - ella estaba sería, muy seria, pensaba que cuando le contara lo sucedido hoy la tomaría por loca y como una inconsciente pero él la calmó.

- Tranquila. ¿Mañana por la noche en el café? - Su voz era reflexiva, supuso que su sonrisa se había esfumado.

- ¡Pero puede estar en problemas, en peligro! - le preocupaba que el pequeño rayo de sol pudiera estar en problemas, realmente le inquietaba.

- Escuchame, nadie está en peligro. - sus palabras salieron lentas, intentando que ella las interiorizara y le calmaran y aunque no lo consiguió del todo, algo la apaciguaron.

- Mañana nos vemos, buenas noches. - se tuvo que resignar a no escuchar ningún tipo de respuesta directa por parte de Apolo.

- Descansa, un beso. - se quedó un casi un minuto con el móvil en la mano, mirándolo hasta que la pantalla se apagó.

No quería que se le olvidarán las preguntas que necesitaban una respuesta para ella por lo que cogió un trozo de partitura vieja y empezó a escribirlas por detrás, intentando ser lo más clara posible para que no pudiera darle otro sentido a sus palabras y ser directa.
Tras darse una ducha se puso el pijama más ancho que encontró para que no le apretara el cuerpo y le dolerá más aún y se tumbó en la cama, no se durmió hasta bien entradas las cuatro de la mañana.

Se levantó con un sonido de despertador horrible a las nueve, lo había puesto el día anterior ya que hoy tenía clases. Se desperezó y se vistió tapando la mayor parte de su cuerpo incluso se puso cuello largo para tapar lo máximo posible. Se dejó el pelo suelo para intentar ocultar los moratones de su cara y se maquilló para taparlos, cosa que quedó bastante bien aunque cada vez que sentía el pequeño roce de la brocha soltaba un pequeño sollozo. Cuando estuvo lista salió de la habitación y cogió un vaso para llevar con café para ir tomándolo de camino a clase. Tenía la sensación de que todo el mundo se le quedaba mirando por la calle pero, era Nueva York, casi nadie está pendiente de ti ni te presta la suficiente atención como para darse cuenta de que tras esa gorda capa de maquillaje había un rostro de color morado.

Entró en el aula y se sentó en la esquina del fondo para no llamar la atención. Estaba sacando despreocupadamente su cuaderno cuando vio entrar a un Marc con un ojo morado y casi cojeando con la mochila al hombro. Se sentó a su lado pasando de responder las preguntas de preocupación que le hacía alguna persona según pasaba por su lado.

- A mi no me vas a hacer el vacío, mírame. - ella habló lo más rudo que pudo y surgió efecto, el rubio se giró y pudo apreciar el aspecto de su cara, era como si le hubieran dado una paliza, y no sólo alrededor del ojo sino dentro del propio, tenía alguna pequeña vena rota dentro del globo ocular y hacia que su aspecto fuera deplorable. - ¿qué coño te ha pasado?

- No lo digas por ahí, - bajó la voz hasta que fue casi inaudible - esos hijos de puta llamados militares me pegaron ayer en una manifestación. - Yara no pudo contener su cara de impresión, él había estado allí, en ese sitio que el gobierno decidió convertir en un improvisado campo de batalla. - No me mires con esa cara, tenía que estar allí, no ir no era una opción para mi.

El Cambio por la LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora