A la noche siguiente el grupo ya estaba con los pañuelos puestos y esperando entre las sombras de una pequeña callejuela frente al lugar de la reunión de líderes. Esa noche entraron tres personas de El Cambio, Apolo, lógicamente, con su chaqueta de color rojo que por muchas explosiones y algún disparo que había recibido seguía casi intacta, Gabriel, la razón y el borde de la locura de Apolo, siempre calmado y reflexivo con su pañuelo de color Marrón combinando paradójicamente con el color de sus gafas todavía intactas y Yara, ya que el líder le había pedido que le acompañara para acallar los rumores de su muerte o desaparición frente a los demás jefes.
Entraron a la sala y se encontró con unas siete personas que de las cuales no conocía a ninguna, tras unas cortas presentaciones se sentó entre Rojo y la segunda de Libro, era otra mujer un poco más joven que la antigua líder pero cuando hablaba lo hacía con la misma fuerza que ella, Yara se apenó por ella, la última imagen suya que tenía era la mujer tirada en el suelo en un charco de su propia sangre con los ojos avellana abiertos y un único disparo sobre el corazón, no dijo nada pero Marrón entendió lo que pasaba y le dio un pequeño codazo a Rojo que comenzó a hablar acallando todas las pequeñas conversaciones nerviosas cruzadas de la sala.
Tras una rápida reunión en la que simplemente se pusieron al día uno de los líderes se le hizo conocido a la joven, que se acercó con cautela y le preguntó si había comido ese día y si quería una manzana, la mirada de sus acompañantes era de incredulidad pero ella sólo necesitaba oír esa voz y acento de nuevo para identificarla de una vez por todas.- Gracias, me encantaría una manzana - ella sacó de su mochila la última pieza de fruta que tenía a mano y se la tendió al hombre que no tendría más de cuarenta años y al quitarse la careta y dejar al descubierto su rostro hizo que la joven abriera mucho la boca con incredulidad sin ser vista por el pañuelo.
- Álvaro - las palabras resonaron en la habitación mientras el hombre al escuchar su verdadero nombre alzó la vista con miedo.
Yara se quitó la capucha y el pañuelo bajo la mirada de reproche pero silenciosa de sus amigos, el rostro y los ojos verdes del hombre se iluminación y su boca formó una gran sonrisa mientras se levantaba a toda velocidad y le daba un abrazo a la joven.
- No me lo puedo creer, eres tú. - él la elevó por los aires mientras giraba y reía jovialmente haciendo que unas arrugas aparecieran en los bordes de sus ojos - eres tú.
- Disculpad, ¿de qué os conocéis? - ni Rojo ni Marrón se habían destapado y el moreno preguntó despreocupadamente pero siempre con una pequeña parte de su mente en alerta.
- Álvaro fue un profesor mío hace casi un año, era el único español de todo el conservatorio - Rojo suspiró aliviado al ver que Yara confiaba plenamente en aquel hombre pero siguió sin descubrir su pelo o su cara aunque se relajó y separó su mano de la pistola que ya había comenzado a empuñar desde la espalda sin que nadie le viera al ver la primera mirada del otro líder.
El líder de los Neoliberales y Yara estuvieron hablando durante un buen rato en su idioma natal sin que los otros dos que no se separarían de ella por precaución se enteraran de absolutamente nada.
- Me alegra volver a verte, sinceramente pensaba que estarías de vuelta en España. - ella alzó los hombros. - eres muy joven para arruínate en esta lucha, no me gustaría que murieras por esta causa. - ella posó su mano sobre el brazo de él que conectó su mirada de preocupación con la suya de ternura.
- Soy lo suficientemente mayor para saber lo que es justo y distinguir entre el bien y el mal. - ambos sonrieron y comenzaron a hablar sobre música.
Estuvieron durante casi una hora entera hablando de compositores, intérpretes y obras, se volvió a sentir tremendamente feliz se poder compartir pensamientos musicales con alguien que pudiera rebatirlos con criterio y exponer sus opiniones igualmente válidas. Se depsidieron quedando en volver a verse algun dia, aunque ninguno sabía realmente cómo contactar con el otro sin tener que recurrir a las reuniones pero no lo expresaron, creían realmente que se encontrarían y sonrieron mientras se daban un corto abrazo.
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El Cambio por la Libertad
Fiksi IlmiahYara se muda a Nueva York a terminar sus estudios de piano cuando súbitamente se ve envuelta en una Revolución.