33. Me quedo sin palabras.

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Al aterrizar hice todo lo posible para que mis órganos no salgan por mi boca a las apuradas. No debería haber comido en la boda.

Cerré los ojos, conté hasta diez y me enderece a los pocos segundos. Cada vez era mas sencillo soportarlo. Exhalé para tranquilizar la oleada de nervios que subía por mi estomago y alcé la cabeza hacia la entrada de la mansión donde había pasado esos últimos meses, o bueno lo que reconocí como la casa de Louisa.

—¿Dioses, qué sucedió?—exclamé asombrada de ver como los arboles que antes habían pertenecido a la parte trasera del hogar se habían enrollado alrededor de la misma como un capullo protector.

—Vamos—apresuró Carsten. Sujeto el brazo de Jasper para ayudarme a cargarlo y entre ambos nos acercamos a la entrada cuando me caí en cuenta que no estábamos en la entrada delantera, sino en la trasera.

Tuve una sensación de mareo y al parpadear volví a mirar alrededor sin comprender donde estábamos. Había algo en el aire, me desorientaba.

Contuve la respiración y avancé un par de pasos mas, Jasper aun no despertaba pero respiraba lentamente. Su cabeza caía sobre su pecho, sacudiéndose cada vez que alguno de nosotros daba un paso en falso entre las raíces de los arboles que sobresalían de la tierra. Intenté no preocuparme pero era imposible, había tres personas en esa casa que estuvieron en peligro por mi culpa y... ¡Dios! No estaba preparada para enfrentarlos.

Detrás nuestro, nadie nos seguía. Parecía que ni siquiera le importábamos, lo que era irónico, pero bien, ya todos tenían sus dichosos objetos mágicos.

Warren caminaba a nuestro lado con los hombros caídos y el rostro agotado, cuidaba de Sunny sujetándola de la mano mientras ella se apegaba a él como si fuera su protector y no de Carsten, pero estábamos bien. Ella estaba bien, él también y seguramente podíamos enviarla con su madre y evitar mas problemas. Punto para nosotros.

Al llegar mas cerca de la puerta miré como los troncos de los arboles habían tomado una forma anormal para protegerla y de las pequeñas vetas salían diminutos capullos de flores amarillas. Nos detuvimos y miré alrededor con asombro. Había lianas cayendo de los arboles de mas arriba y las flores, seguramente de los capullos amarillos, brillaban amenazantes a pocos centímetros nuestro. Se movían, parecían danzar,

Y luego lo comprendí, estábamos encerrados. Las lianas, flores y capullos buscaron la forma para acorralarnos y en pocos segundos la cabeza de Sunny estaba contra mi hombro y Warren nos rodeo a ambas para que protegernos. Tragué saliva apretando la mano de Jasper, comenzaba a sentir el calor de su piel y me tranquilizo, hasta ese momento.

—Oh dioses—nos acercamos mas, Carsten apoyó la mano en su espada pero no tenia espacio suficiente para atacar sin tocar otros capullos o flores.

Nos acercamos un pocos mas, alrededor no se veía ninguna salida y la oscuridad parecía cerrarse a nuestro alrededor. No, era algo mas, las mismas plantas nos estaban cegando en oscuridad.

Y de repente Gesa salió de atrás de un árbol como si hubiera ido a dar un paseo y alzo los ojos hacia nosotros son una ceja alzada.

—¿Oh, ya volviste?—preguntó asombrada de verme.

Asentí extrañada e intenté no revolverme para no tocar los capullos. Ella alzo la mano como si fuera a hacer "Stop" y todas las lianas y plantas comenzaron alejarse de nosotros.

—Si yo... Eh, gracias—me reí un tanto avergonzada e incomoda, la idea de prenderme fuego había pasado por mi cabeza segundos antes y, sabiendo como amaba a las plantas, no hubiera estado muy contenta. Suspiré aliada de poder moverme libre.—¿Cómo está Louisa?.

El Cuerno del Fin del Mundo [#2] ✔️.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora