28. Tengo un plan, pero primero sinceramos nuestros sentimientos.

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Me volteé hacia el trono de hielo y mire la relajada silueta femenina sentada con las piernas cruzadas, la espalda recostada y una sonrisa divertida y tranquila. Mark. Solo la había visto dos veces, luego de que matara a Frey (y también había quedado embelesada por su aspecto tan esbelto y cuidado), y cuando quiso matarme en el barco de Tyr y su amigo extrañamente fuerte Vidar, pero en aquel momento se vio diferente de una manera que no supe reconocer.

—¿Qué haces aquí?—pregunté irritada e intentando fingir que no buscaba a su hermano para estrangularlo.

—Vine a buscarte—señaló con un gesto de desdén—, dicen por ahí que haces recados para los dioses.

Una corriente de energía subió por mis brazos y tuve que contenerme de usarla. No era mí poder, era el de ella, el de Odín.

—No hago recados—bufé—, estoy ayudando a alguien para que me ayude.

Se enderezó plantando los pies en el suelo y al mirarme su ojo blanco centello con interés.

—Bien, entonces quiero tu ayuda para ayudarte.

Apreté los dientes, molesta, irritada y cansada de que esos dos me humillen cuando veían que yo solo era un tonta diosa novata.

—No necesito nada de...

—Quiero que encuentres a Jasper.

La miré asombrada por su mención y luego volví la vista al suelo. Estaba molesta pero no podía ignorar que la mención de su nombre despertaba en mí cuerpo un sentimiento que había enterrado desde la última vez que lo vi y me negué a volver a pensar en él. Y aunque me esforcé por seguir irritada, Marck vio mí vacilación con una sonrisa satisfecha.

Apreté los puños, molesta.

—No.

—Escucha—se adelantó con las manos alzadas—, se lo que ustedes tenían.

—No teníamos nada—zanje con asco—, él quiso usarme para provocar la guerra y huyó cuando lo descubrí.

—Él no quiso usarte—aclaró con calma.

Mastique la idea y su comentario con más ira de la que pude tener antes y termine por escupirla en su dirección.

—¿Y tú?¿Qué quieres de mí? Porque todos quieren algo de mí, ¿No es así?—de nuevo el estallido de poder subió por mis brazos y tuve que contenerme para no comenzar algo que ganaría. Ademas, no lo valía.—¿Sabes que sucederá si lo encuentro?¿Sabes lo que le haré si...?

—Mira, no me interesa que te suceda—interrumpió con el mismo tono aburrido.—Si mueres o no escapa de mí interés. Pero Jasper sí me interesa porque es mí hermano y nadie mejor que tu sabrá lo que es buscarlo.

El amargor me subió por garganta, me aparté.

—No compares a mi dulce hermano con el manipulador—rompecorazones, jugador de sentimientos y bastardo imbécil—, de tu hermano. Max tiene 9 años y...

—Y es tu hermano—señaló como si hubiera dicho algo estúpido. Asentí desconfiada—, y harías cualquier cosa por mantenerlo a salvo—volví a asentir rondando los ojos y ella dejo caer los hombros suspirando.—Jasper jamás hubiera huido, nosotros nunca nos ocultamos nada, siempre estuvimos juntos.

Una risa seca e irónica brotó antes que pueda detenerme y me gané su mirada incrédula.

—Quizás pasaste algo por alto.

—Si, pase por alto que ambos salían.

Negué.

—No salíamos.

El Cuerno del Fin del Mundo [#2] ✔️.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora