23. ¿Mi mentor usaba falda? Genial, tengo un plan para morir.

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—Muy bien, el desafío es sencillo, deben hacer dos objetos cada uno, mágicos, y uno debe servir para pelear.

Carsten me lanzo una mirada ceñuda y rodó los ojos antes que el enano de las canas y la barba larga entrecierre los ojos en nuestra dirección.

—¿Por qué dos y no tres?.

—No lo se—mi amigo encogió los hombros con simpleza—¿Ustedes quieren hacer tres?.

—¡Sí!—dijo uno.

—¡Claro!—dijo otro.

Y el tercero se limito a asentir con entusiasmo.

Yo no estaba muy a favor de el máximo esfuerzo, tampoco tenia muchas opciones siendo un dios, pero si ellos sí, estaba bien.

—Bien—concordó el seleccionado a mi lado—, que sean tres. El tercero debe ser lo que ustedes quieran, pero nos debe impresionar.

El enano de la barba corta hizo una mueca desconfiada y se rasco el mentón.

—¿Ustedes serán los jueces?.

Chasqueé la lengua.

—Nosotros probaremos los objetos y diremos si sirve para la batalla o no.

—Somos forjadores—dijo el de barba larga con un brillo orgulloso en los ojos.—Somos los descendientes de los enanos que crearon las armas de los mismísimos dioses.

Los otros enanos a su lado asintieron con vivores, golpeándose los hombros en celebración, cuando por mí mente solo pasaba la canción de Blanca Nieves. No sé por qué pero antes de saber que los enanos eran forjadores realmente pensé que eran como los de Disney. En de la barba corta podría ser gruñón, el de rostro rosado tenía cara de feliz y el otro... El otro se parecía mucho a Gandalf.

De repente, mientras la canción de los enanos pasaba a confundirse con la de los pitufos y los tipos frente a nosotros seguían golpeándose con orgullo, oímos a alguien aclararse la garganta.

—¿Qué esta sucediendo?.

Njörd apareció caminando por el césped y moviendo el estúpido anillo en la mano mientras evitaba nuestra mirada como si fuéramos nosotros quienes lo traicionamos. Una corriente de electricidad viajo de mis manos a los barrotes y toda la jaula crujió en protesta.

Los enanos nos miraron con sorpresa, aun no creían que con voluntad y furia podría lanzar todo ese lugar por los aire, y mas con el traicionero rostro de Njörd frente a mi, pero terminaron por explicarle el nuevo desafío como si fuera la mejor idea jamás contada.

Y si, aunque todo magia de Carsten parecía que se le había pasado la mano con el entusiasmo. Los enanos prácticamente estaba eufóricos por comenzar, y no sabía qua tan bueno podría ser eso. Es decir, cuando algo en esos 9 mundos parece demasiado bueno es porqué no lo es.

Y fue cuando los enanos terminaron que el dios del mar nos miró al fin, desconfiado.

Yo le devolví la mirada pero Carsten...Oh dioses, Carsten sonrió con genuina y para nada buena maldad.

—Nuestro querido dios del mar también probara las armas ¿No es así?.

Njörd parpadeo sorprendido y se percató de que los enanos lo miraban expectantes.

—¿Armas?¿Yo?.

Los barrotes volvieron a crujir bajo mis manos cuando, con los dientes apretados, respondí:

—Así es. Tu.

Carsten nos ignoró aún sonriendo y miró a los enanos como si todo estuviera dicho.

El Cuerno del Fin del Mundo [#2] ✔️.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora