La idea de andar dando vueltas por la ciudad sin que los padres que me adoptaron supieran me ponía un tanto nerviosa. Cada paso lejos que ponía en frente del otro pensaba en que ellos entrarían en la habitación y verían que mi cama estaba vacía y mí ventana abierta.
Si no pensaban algo acerca de un secuestro creerían que me escapé y eso no me convendría en absoluto.
Estaba incómoda y cansada, las horas que no dormí y la angustia que cargaba por todo lo que estaba sucediendo me comía viva desde adentro.
Me detuve al ver el descampado donde Carsten seguramente me mataría y enterraría mi cuerpo mutilado. Aquí lugar era aterrador, ni siquiera la luz de la luna llevaba a nosotros.
—¿Y dónde está Sunny?—pregunté con tono casual y las manos en el bolsillo por si debía usar el martillo para defenderme.
La voz de la bestia en su habitación rondaba en mi cabeza atemorizádome ¿Confiaba en Carsten?.
Ahora no estaba tan segura.
Mi amigo se detuvo pocos pasos adelante y suspiro volteándose con resignación y cansancio. La espada en su cintura colgaba tambaleándose también lista para ser desenfundada.
Alzó una ceja y sentí su desconfianza al mirarme.
—¿Para que quieres saberlo?.
Dude mirando alrededor de nuevo. Por un momento creí que sería una mala broma ¿Estábamos ahí para devolver a la niña o qué?
—¿Se puede saber que fue eso que vi en tu habitación?—apreto los labios. Una oleada de poder me subió desde las piernas y me contuve—No creas que confío en que estés cerca de mí hermano cuando tú andas haciendo tratos con monstruos.
Hizo una mueca divertida, miró hacia el bosque oscuro y macabro a lo lejos y luego alzó las manos dejándolas caer a los lados.
—No quería decirlo ¿Bien?—avanzó con los hombros tensos, listo para atacar. Cuadre el cuerpo para defenderme apretando los dientes y lo mire oyendo más truenos—Pero tú...
—No entiendo—dijo una tercera voz más calmada desde algún lugar encima nuestro—¿Por qué pelean?.
Me aparte. Carsten era un idiota, lo sabía. No entendía por qué siempre caía en la misma pelea, ni siquiera éramos verdaderos amigos.
Bufé rodando los ojos y mire a Warren aparecer sobre su jabalí dorado, volando desde el cielo como algún tipo de dios mágico de los cerdos... Bien, me quedé sin palabras.
La tormenta encima nuestro calmó de repente y el viento creció hasta empujar las nubes fuera de mí vista.
El jabalí aterrizo en el espacio entre Carsten y su dueño bajo al suelo junto a nosotros de un salto feliz y delicado.
—Hola—saludó sonriendo y detrás el conocido elfo que salve el verano pasado cayó el suelo con menos gracia.
—Hola, Fryssa—Darod no sonrió sino que avanzó hasta mí con los brazos abiertos y me envolvió con tanta fuerza que se volvió incómodo.
Lo alejé con disimulo.
—Okey, apartate.
Darod se alejó tropezando con la tierra del descampado y se volteó hacia Carsten mirándolo con miedo.
—Hola, seleccionado de Loki.
—¿No hay abrazo para mí?—El elfo se apartó aún más, temeroso—Rompes mi corazón.
Solté una mueca molesta por lo que habíamos hablado antes de que Warren aparezca.
—¿Tienes corazón?.
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El Cuerno del Fin del Mundo [#2] ✔️.
FantasyComencemos por el principio, en vacaciones, durante aquellos calurosos días de Enero, mi hermano pequeño encontró un elfo herido dentro de una cueva extraña, me pidió ayudarlo y encontré un anillo. Yo creo que fue ahí cuando se desenlazo la historia...