12. Por ser buena me gano un cuerno y media porción de torta.

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Cuando me interne entre los árboles no sabía muy bien que esperarme, no tenía muchas ganas de pelear y tampoco me sentía a gusto con hacerlo a pocos metros de Louisa, Max y un grupo de chicos con exceso de azúcar. No lo mal entiendan, aún quería seguir aplastando cráneos de Trolls, quedé algo resentida desde el parque, pero no me encontraba concentrada luego del problema con Louisa.

Di varios pasos más hacia el fondo de la casa y al llegar a la huerta de Gesa lo encontré. Un tipo de cabello negro, ojos bicolor y hermosa sonrisa me esperaba sentado junto a una lechuga.

Use todo mí autocontrol para no hacer saltar todas las luces de la casa.

—Hola—dijo Jasper levantándose con pereza y levantando del suelo a su lado una caja de zapatos.

—¿Qué haces aquí?—mo tono fue más agresivo de lo que pretendía, pero para mí suerte (creo) una tercera voz nos interrumpió aún más cautelosa que yo.

—¿Qué hacen ambos aquí?.

Me volteé aterrada de que me vean con él. Si era alguien normal pensaría que andaba comprando drogas o frecuentando un chico raro; Pero si era alguien de mí mundo nórdico, fácilmente sentiría el poder de Odín en Jasper. En resumen, de ninguna forma podría ser bueno que nos encuentren escondidos. Aunque por suerte fue Gesa la que lo hizo.

Jasper a mí lado frunció las cejas y los labios.

—Gesa—llamé cuando sus extraños ojos verdes se clavaron en el muchacho—, me parece que Louisa te buscaba.

Ella entrecerró los ojos hacia Jasper y tuve que interponerme entre ambos.

—No toques mis plantas—gruño en dirección a Jasper como si fuera una advertencia de muerte y no un simple recuerdo.

No vi la reacción de él pero lo oí hablar cuando ella se volteó y volvió por su camino a la fiesta.

—Interesante...

—¿Qué es interesante?—pregunté volteándome a mirar su mueca extraña aunque brillante.

—Ella es...—se interrumpió, me miró como si recién supiera que estaba frente a él y sonrió negando con los labios cerrados antes de alzar la caja que tenía en las manos—. Ten.

—No, dijiste, ella es—señale el lugar donde se fue Gesa—¿Qué?¿Qué es?.—No respondió y apreté los dientes con fuerza, exasperada—Jasper, si ella es un peligro para Max.

—No es un peligro—bufó lanzando una carcajada e insistiendo con la caja. Si había algo que admiraba sin descaro de él era su risa, tan armónica y divertida, te invitaba a reír también.

La tomé reprimiendo una sonrisa y quite la tapa. Dentro había un pequeño cuerno de carnero, alargado y espiralado hacia la diminuta punta que poseía un agujero y una boquilla parecida a un silbato.

—¿Qué es esto?.

Jasper miró el rústico objeto como si fuera una reliquia valuada en millones. Sus ojos brillaban y sonreía orgullo de su mismo mientras hablaba:

—Ese es el segundo cuerno del apocalipsis.

—Aja—bufé sin entender, ganándome una mirada—¿Y para que sirve?.

—Si tienen problemas—suspiró—, si tu hermano tiene problemas, y necesitan mi ayuda, la ayuda de un dios tan poderoso como yo—sonrió con suficiencia—, la trompeta se escuchara en los nueve mundos.

De nuevo, arruine su alardeo mirándolo con una ceja alzada.

—¿Y porque necesitaríamos tú ayuda?.

El Cuerno del Fin del Mundo [#2] ✔️.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora