1. Porque los dioses no deben ir a la misma escuela.

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-Yo creo que a mis padres les gusta arruinarme la vida.

Suspire como solo se puede suspirar cuando oyes algo así y continue copiando lo que tenia en la pizarra de enfrente. Me dolía la mano de tanto escribir pero solo quedaban unos minutos para que la profesora borre todo y aun no era de las afortunadas que sus padres le regalaron un celular.

-Es que no entiendes-lloró Maura a mi lado, tan alto como para que todos se volteen a mirarla para saber que era exactamente que no entendíamos. Ella se ruborizo tanto que comenzó a tartamudear y enterró la cabeza en su libro antes de que la profesora bufe como primer aviso. Me reí con disimulo y ella me dio una patada por debajo de la mesa.

-¡Auch!-. Realmente no me dolió pero debía disculparme.

Maura rodo los ojos y siguió hablando y gesticulando con las manos.

-¿Qué voy a hacer si nos mudamos lejos?-exigió con horror-¿Y si pierdo contactos?¿Y si Diego me deja o me engaña?.

No necesite voltearme en el asiento para ver al chico del que estaba enamorada desde que comenzaron las clases y saber que nadie le daría tanta atención y cariño como ella. Y estaba siendo generosa porque no tenia idea de que vio mi amiga en ese adefesio grosero y maleducado.

-Estarás bien-dijo con desinterés la chica del asiento atrás mío estirando el cuello para ver por encima de la cabeza de Maura.

Rodó los ojos sin prestar atención a la conversación y luego me pidió la tarea de la semana pasada.

¿Oh dioses, había tarea?.

Negué para hacerle entender que de nuevo no lo había hecho y ambas suspiramos.

-Mis padres no pueden hacerme esto-interrumpió Maura tomándome del hombro y sacudiéndome con fuerza para llamar la atención-, son monstruos.

Me aparte molesta. Si ella viera unos verdaderos monstruos dejaría de compararlos con sus padres y cometaria a ser menos egoístas con sus decisiones.

-Tranquila-dijo Ana con voz suave y cargada de paciencia desde atrás-, ellos no se irán lejos.

Alce la cabeza de mis ejercicios de matemáticas a medio hacer y la mire consolar a Maura con suaves palmadas en el hombro mientras esta sollozaba de manera exagerada. Y luego volví a mi carpeta.

No era de insensible, Maura llego aquel día a la clase y lo primero que dijo fue haber oído a sus padres hablar sobre mudarse pero en ningún momento ellos lo afirmaron ni tampoco se lo dijeron. Creo que era mas como un comentario al alzar que ella casualmente oyó.

Desde principio de año siempre venia con cosas así, llantos, dramas, cosas que no tenían sentido y las hacia ver como catastróficas, y en su momento yo también la abrace y le palmeé la espalda como buena amiga pero ahora mismo estaba ocupada en copiar con rapidez.

Podía invocar tormentas, lanzar rayos y volar pero, según la trabajadora social, no podía con la educación básica de cualquier humano. En sus palabras, mi deficiencia educacional era dos años inferior a lo normal y mi habilidad de lectura... bien, de eso no se habla.

En su momento fue humillante, te presentan a una amorosa pareja acaudalada dispuesta a adoptarte con tu hermano pequeño y lo primero que se enteran es que estas atrasada en la educación y tienes problemas de actitud. Si me hubieran puesto un espejo en frente ese día podría ver mi rostro pasar por varios tonos diferentes de rojo.

Pero por suerte ellos fueron comprensivos. Me miraron con la habitual lastima que le dan a un huérfano, sonrieron y me dijeron que harían lo posible para que yo me recupere.

El Cuerno del Fin del Mundo [#2] ✔️.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora