Cuando ella camioneta me golpe de costado y sentí mi hombro y mí cabeza crujir, solo unos segundos después de salir disparada hacia atrás, me pregunté cuál era realmente me límite.
Es decir, acababa de ser golpeada con una camioneta hasta traspasar un ventanal de la escuela, me congelaron, aplastaron, electrocutaron y quemaron ¿Cuál era mí límite?. Yo ni siquiera era un dios completo y el destino siempre se encargaba de recordármelo, ¿Entonces, por qué no moría?.
Bien, eso es tema para hablarlo después con un café y medialunas, volvamos a la ventana y como salí disparada hacia ella, la cruce y aterricé sobre los bancos y sillas enfilados de una manera tan dolorosa que tarde unos segundos en recobrar la conciencia.
Todo mí cuerpo dolía de una manera... Dolorosa, había olor a quemado, calor intenso y mucho líquido de gasolina escurriendose por el frente abollado de la camioneta. No era un espectáculo estar allí abajo.
Intente moverme con lentitud y ahogué un grito de dolor al oír los llamados desesperados desde lo lejos.
Parpadeé exhalé para calmar el dolor y agudice el oído.
—¡FRYSSA!¡FRYSSA!—gritaba la inconfundible voz de Louisa.
Los ojos se me llenaron de lágrimas por la emoción de importarle a alguien, o quizás por los gases tóxicos del vehículo y las toneladas de metal en encima de mí diminuto cuerpo.
Inhalé aire por la nariz para armarme de fuerza.
Si el cuerpo no me doliera tanto saldría como si nada y explicaría que era doble de riesgo en una película de la que nadie estaba enterada, pero la mentira ya no podría mantenerse por mas tiempo. Ningún humano genéticamente no modificado podía sobrevivir a algo así sin un maniquí de pruebas.
Hice una mueca que provocó cierto tirón en mi labio y apoyé las manos en el vidrio delantero y quebrado que tenia encima de mi pecho.
Y lo siguiente fue que al comenzar a levantarlo esté se quebró y raspo mí muñecas con los diminutos vidrio.
Ahogue otra mueca, la gasolina comenzaba a mojar toda la parte trasera de mí uniforme y el miedo a salir en medio de una llamarada, desnuda, no me parecía agradable.
Luego de revisar que no pueda escabullirme por adentro de la camioneta ya que estaba toda prendida fuego y maltratada, busqué otro apoyo.
No tenía mucho tiempo antes que explote, si es que explotaba.
Levanté el capo con esfuerzo, sentía un ardor profundo en el hombro derecho pero si me detenía podría ser peor. Moví el vehículo fuera de mi camino, pensando en el pobre dragón aplastado en mi bolsillo y trepe la rueda para subirme encima y ver, muy asombrada el nuevo agujero del tamaño de un colectivo en donde debía estar la ventana.
Genial, otro presupuesto para la escuela, y está vez había testigos que podían señalarme.
Mire abajo y encontré una docena de sillas y mesas rotas como si marcarán el camino que hizo el vehículo al golpearme. Y, fuera, junto a el agujero de la ventana, estaba Louisa con la mano en la boca y la mirada más asombrada que vi en mí vida.
—¿Fryssa?—pregunto con temor, como si hablara con un zombie.
Sonreí con inocencia y alce la mano.
—Hola.
El vehículo no encontró mejor momento para prenderse fuego y por completo, envolviéndome como una figura demoníaca.
Contuve una mueca.
Literalmente salí como brote de planta de abajo de una camioneta. No hay manera lógica de responder a su rostro sin mentir, y ya estaba harta de las mentiras, así que baje de la camioneta prendida fuego de un salto y priorice lo importante, mantenerla a salvo.
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El Cuerno del Fin del Mundo [#2] ✔️.
FantasiaComencemos por el principio, en vacaciones, durante aquellos calurosos días de Enero, mi hermano pequeño encontró un elfo herido dentro de una cueva extraña, me pidió ayudarlo y encontré un anillo. Yo creo que fue ahí cuando se desenlazo la historia...