El Rarito De Los Park

Abuela Lin pt.2

-¿Qué hacemos aquí?.- preguntó la omega, mirando a todos lados a la inmensa cantidad de gente y empleados que se paseaban en esa gigantesca boutique.

Cuando ese Alfa le dijo que era una sorpresa, no esperaba que esta fuese la sorpresa.

Estaban dentro de un enorme centro comercial, donde la unica mercancia era ropa y mas ropa.

A donde sea que mirase había tiendas de ropa, zapatos, accesorios, bolsos, etc.

Era tan... abrumador.

El alfa no respondió a su pregunta, al contrario, ya estaba empujando sus silla hasta las escaleras mecanicas.
Antes de protestar ya estaba sobre los fuertes brazos del alfa, aferrandose con temor a su cuello y viendo como subían por las escaleras.

-O-oye...

-¿Pasa algo malo?

-No tenias que cargarme.- susurró temerosa, recargando su cabeza en el pecho del alfa.

Una vez en el segundo piso, cuando una empleada de alguna tienda ayudó a desplegar su silla, pudo sentirse menos nerviosa de lo que ya estaba.
Al menos ya no estaba sobre  ese curioso alfa.

-¿A donde vamos?

-A comprarte ropa. Vi como veías a todas esas chicas en el supermercado, así que...¡Sorpresa!

¿Qué demonios estaba sucediendo?

Pues tampoco pudo averiguarlo, ya estaba siendo llevada una vez mas por ese interesante alfa a una tienda de ropa con logos raros.

Tal vez... solo tal vez, sería bueno dejarse llevar.

-No tengo como pagar la ropa...- confesó apenada, viendo los precios de los abrigos tan lindos en los maniquís.

Youngjae se giró para verle, pero solo para colocar dos prendas de diferentes colores al lado de ella, lanzando la roja de regreso al estante y quedandose con algo parecido a una blusa morada.

-No te preocupes por esto tampoco. Tengo dinero suficiente en mi cuenta bancaria y además tengo una tarjeta de descuento para esta tienda, fui su modelo este mes.- explicó, observando discretamente la sección de pantalones.

La parte difícil, desde su punto de vista como varón y como alfa,  sería la ropa interior y los pantalones.

No lo juzguen, pero no es alguien que vaya viendo las piernas de las omegas todo el tiempo.
No sabría bien que tipo de pantalones podrían quedarle bien.
Además apenas estaba descubriendo que los tonos pastel y fríos le acentuaban mejor a su tipo de piel.

¿Cómo lo sabía?

6 años de experiencia en el mundo de modelaje hacen maravillas.

-¿Por qué haces todo esto? Malgastar tu dinero en mi...

Dícelo estúpido, dile que te gusta ¡No! Corrección, que NOS gusta.

Cállate tonto lobito. Regañó mentalmente, sentandose en uno de los pequeños sofás y acercando mas la silla de ruedas para tener a SooIn frente a él.

Sus mejillas eran suaves, como esos edredones bonitos que te dan ganas de acariciar a cada momento. Ojos grandes y brillantes, con unas feas ojeras que delataban un muy mal hábito de sueño, pestañas gruesas y abundantes, y por último unos finos labios maltratados, pero que no dejaban de ser hermosos a sus ojos.

SooIn no era fea, cómo ella se hacía creer. Era brillante y preciosa, pero mal cuidada y que aparte no se dejaba concentir.

-Tómalo como mi regalo de navidad. Ahora vamos, le pediremos a alguna ayudante que te acompañe a los probadores.- expresó sonriente, tocando la nariz perfilada de la omega que era igual a la de su hermano.