Pinturas pt.2

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El movimiento continuo del auto sobre el asfalto, y la divertida playlist que Jimin habia puesto en el estereo táctil para aligerar su nerviosismo de salir por su cuenta ayudaban de mucho.
Le gustaba mucho ver a Yoongi sonreir y tararear las canciones que, según el alfa, jamás escucharia en su vida por su cuenta.

"Vivo a base de sonatinas, piezas clasicas y rap."

Habia dicho cuando Jimin le preguntó si esa canción estaba bien para él, refiriendose al clásico americano de Bruno Mars - Locked out of haven.

Sumido en sus pensamientos, disfrutando a ojos cerrados la vieja canción que alguna vez su padre le habia enseñado, ignorando no intencionalmente al alfa a su lado pero apreciando e inhalando fuertemente las hermosas fermonas que este había comenzando a soltar. Sabia porqué lo hacia, pero le gustaría escucharlo salir de sus propios labios.

-Jiminie, ¿porqué una tienda al otro lado de la ciudad cuando hay muchas en el centro comercial?.- habló Yoongi por primera vez durante el camino, había preferido guardar silencio y mantenerse concentrado  en el camino. El auto que conducía probablemente le costaria alguno de sus órganos y no quería ocacionar algún accidente, pero cuando el GPS marcaba que aún faltaban 30 minutos para llegar a su destino, prefirió curosear un poco.

Jimin abrió sus ojos ante la pregunta del alfa, recordando perfectamente el porqué le gustaba comprar en la pequeña tienda.

-Es un negocio local, me gusta apoyar a los negocios locales. Hacen sus propias  latas de pintura y también arman los lienzos en blanco por su cuenta; puede que sea un poco mas costoso, pero la cálidad y el esfuerzo lo valen.- explicó con emoción, pensando en agradecer personalmente al dueño del lugar cuando este mismo le envió una tarjeta de regalo por comprar 5 veces seguidas  en el establecimiento.

Yoongi miraba enternecido a su novio, conociendo una nueva faceta de él y que no aparentara ser como uno de esos niños riquillos que salían en los dramas.

-Hyung, ¿por qué suelta tantas fermonas?.- Se atrevió Jimin a preguntar, con sus mejillas teñidas en rojo y evitando el contacto visual. La mirada tan oscura y penetrante de Yoongi seguia poniendole  nervioso de vez en cuando. Hoy no era la exepción.

-Para calmarte. Acabas de salir por tu propio pié de tu casa y no me gustaria que sufrieses algún ataque o te lleves una mala experiencia.

-Pareciera que quieres drogarme.- comentó  divertido, y comenzando a reirse cuando el alfa se atragantó con su propia saliva.

-¿Debería secuestrarte y pasar el resto del día en el río Han?.- le siguió Yoongi el juego, obteniendo mas de las preciosas risas de su novio.

-Tal vez, solo si aceptas la demanda por secuestro.

-Aceptaria cualquier cosa  viniendo de ti, Park Jimin.

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Cuando los 30 minutos de camino faltante llegaron a 0, y Jimin comenzaba a despertar de su pequeña siesta, Yoongi presionó el botón que hace rato habia descubierto que era para que el auto se estacionara por si solo.
Espero pacientemente, recogiendo la malteada vacía que Jimin habia ordenado en un fastfood de paso, tomando las mochila en los asientos traseros y despertando con besitos cortos en el cuello a su omega.

-Jiminie, ya llegamos.- susurró en voz baja y ronca directo en el oido, notando como los bellos de este se enchinaron por la sorpresa y un gruñido salió desde el fondo de su garganta.

Jimin abrió sus ojos lentamente, sintiendo el peso de Yoongi  en su hombro izquierdo.
Acarició debilmente los cabellos del alfa, suspirando gustoso y reincorporandose en el asiento.
Miró por la ventana, admirando la pequeña fachada de la tienda que miles de veces vió atravéz de una fotografia desde su teléfono.

El Rarito De Los ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora