Padre

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No se creía capaz de componer en 3 minutos una melodía completa, y aún así lo logró. ¡Santo dios! ¡Compuso una melodía en 3 minutos! Ese era todo un nuevo récord para si mismo, solo quería llegar a casa y contárselo a su madre.

Por esa razón se encontraba pedaleando como maniático por los callejones escondidos de seúl, esquivando botes de basura y transeúntes atravesados con la intención de llegar a casa rápido.  Su madre siempre a sido fan de su música, apoyándolo y asistiendo a sus festivales desde pequeño, festivales en los cuales se acobardaba a último minuto y terminaba asustado en un rincón detrás del escenario. Su pánico escénico desapareció con el tiempo y con mucha ayuda, pero su madre nunca faltó a un festival sin importarle si su hijo saldría o no, a comparación de su padre que dejó de asistir cuando cumplió 15 y se dio cuenta que la música no solo era un hobby para su hijo. La relación padre-hijo se rompió cuando, sin consultárselo a su padre, había enviado su inscripción a la facultad de música en vez de la de leyes. Si, su padre quería que fuera abogado; confiado en que su hijo no lograría entrar a esa prestigiosa escuela, él también lo inscribió sin consultárselo  a esa facultad de derecho, cuando la carta de aceptación a la escuela de música llegó a su correo personal todo lo que pudo hacer fue gritar a todo pulmón, recibiendo junto con esta el regaño de su madre por haberla asustado.

Madre e hijo celebraron el gran logro de haber entrado a la universidad, llenos de alegría y emoción saltaron y rieron en la habitación de Yoongi, pero  el momento de felicidad terminó cuando otro correo llegó avisando la fecha de su examen para la facultad de derecho. Ese día él y su padre se gritaron las mil verdades en cara, dando por echo que de su parte no recibiría ni un centavo para pagar su costosa carrera. 

Pero no lo necesitaba, tenía a su madre y  ella era la que más le importaba. A día de hoy su madre trabaja como secretaria en una compañía de alimentos y él cómo repartidor, ambos decidieron que su madre pondría la mitad del dinero y él la otra mitad. Así fue cómo no necesitó más el dinero de su padre y ahora estudia lo que él siempre quiso. Su padre era contador en una gran mueblería de seúl.

Divisó su casa justo en la esquina, le gustaba mucho. No era tan grande como la de Jimin, pero ¿para qué una casa tan grande si solo vive él y sus padres? era pequeña, de dos plantas y acogedora. 3 cuartos, 2 baños, sala, comedor y cocina. Para él estaba perfecta tal y como estaba, colores cálidos por dentro y por fuera.

Dejó su bicicleta atada justo en la entrada principal y abrió la puerta con cuidado, hace 1 hora su mamá llegó del trabajo y probablemente este descansando, pero se encontró con la agradable sorpresa de la mujer en la cocina, justamente cocinando su plato favorito.

-Mamá, huele delicioso. Te ayudaré a poner la mesa.

Se acercó a la repisa donde guardaban los cubiertos y tomó los necesarios para colocarlos en el comedor.

Los miró y rió un poco, su madre tenía razón cuando le dijo que siempre tomaba los mismos platos cada que él ponía la mesa. Quien puede culparlo, a él realmente le agradaba esa vajilla de color azul y negro.

-Ay yoongi, no tenias por que. Ven a darle un abrazo a tu madre.

Su mamá extendió sus brazos y él corrió como todo bueno hijo a los brazos de su progenitora, aspirando el rico aroma mientras reía despacio.

Flor de loto y lavanda.

El aroma floral de su madre era  su  favorito en todo el mundo.

-¿Cómo te fue en la oficina mami?- habló en tono consentido, colgado tal cual niño mimado de los hombros de su madre.

-Normal, ya sabes. Lo de siempre- dijo con simpleza, acercandoce a la estufa y apagando las ollas.

-¿Mucho papeleo?- caminaba de la cocina al comedor, cargando los platos con comida y poniéndolos sobre el comedor.

El Rarito De Los ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora