El Rarito De Los Park

Practicas

Sus dedos dolian y estaba seguro que pronto tendria calambres y problemas de espalda, pero se lo buscó por descuidar tanto sus actividades escolares.

Por eso la mejor opción para él fue quedarse hasta tarde en la escuela, aprovechando el silencio y las pocas voces de alumnos al rededor.
Llegó temprano ese dia y manteniendose concentrado en el estudio libre que sus maestros le habian hotorgado, permitiendose quedarse a solas con el precioso piano del auditorio universitario de su facultad.
Perdió la noción del tiempo hace mucho, sorprendiendose cuando los enormes ventanales empezaron a oscurecerse.

¿Acababa de pasar casi 9 horas sentado en el piano?
Si. Lo hizo, pero no se arrepentía de nada. Perfeccionó sus tecnicas y las piezas para el festival universitario.

Se puso de pié, estirando sus brazos y musculos atrofiados y suspirando sonoramente al sentirse aliviado.
Su teléfono se encontraba en la esquina del escenario, cargandose en uno de los enchufes incrustados en la pared.
El móvil comenzó a sonar, avisandole que tenia una llamada entrante y esta era nada más y nada menos que del omega dueño de sus pensamientos.

Una sonrisa apareció inconcientemente en sus labios, emocionandose y comenzando a arreglar su cabello con sus dedos al notar como Jimin le pedía una videollamada.

Presionó el botón verde, apreciando el rostro adormilado y los labios inchados del menor.

-H-hola hyung.- Jimin sonrió, restregando su rostro y acomodandose en las sabanas.

-¿qué tal cachorro? ¿Ya comiste?- preguntó Yoongi carismatico, recogiendo sus partituras y guardandolas cuidadosamente en su carpeta.

-Estoy bien, pero no e comido y tengo mucha hambre- puchereó.

-¿Quieres ir a comer algo? Podemos ir al restaurante que est- detuvo sus palabras, recordando el tormentoso detalle sobre Jimin. Aún no podía salir de su casa.

Lo estuvo intentando, pero una vez que ponia un pié afuera del portón los malos pensamientos comenzaban a atormentarle y se obligaba así mismo a regresar.

-¡L-lo siento cachorro! E estado tan concentrado en estas partituras que lo e olvidado por completo.- se excusó, alzando la carpeta a la cámara para que Jimin pudiera verlas.

-Tranquilo hyung, ¿en dónde se supone que estas ahora?- preguntó curioso intentando cambiar el tema,  llamandole la atención el eco de la voz contraria y las curiosas paredes detrás del Alfa.

Yoongi miró a los lados, observando el vacio y oscuro auditorio.

-Estoy en el auditorio, hay un piano aquí y vengo a practicar. Mira- volteó la cámara en dirección al piano, comenzando un pequeño recorrido  por el escenario y los asientos del público.- Detrás de ese enorme telón están los vestidores donde nos preparamos y nos matamos por los nervios.

Una risa agradable y cariñosa resonó por el escenario. Jimin se estaba riendo por el comentario, contagiando a Yoongi y comenzando juntos una sinfonia de risas; logrando llamar la atención de 2 alfas que pasaban por ahí.

Hongseok y Youngjae desconocian que el alfa pálido asistiera a esa universidad, tomándolos por sorpresa y curiosidad.

-¡Youngjae, ayudame a subir!- ordenó Hongseok desesperado, intentando alcanzar los enormes ventanales del auditorio.

El cuerpo de Youngjae fue utilizado como escalón y pisoteado por su amigo alfa fisgón.
Escuchando atentamente al tal Yoongi hablar melosamente con Jimin, notando que la voz del omega era muy dulce y cálida.

-¿Vas a venir mañana?- preguntó Jimin cohibido, sonrojandose y cubriendo sus mejillas con las sabanas.

-Solo si me dejas usar tu piano. No lo malinterpretes, pero e descuidado mucho mis prácticas y el festival está cerca.- confesó Yoongi con pena, aún riendo por el desordenado cabello tras la pantalla.