Dulce

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Especial NamJin

Con la confianza a flote, y cargando algunas bolsas con productos de limpieza, caminaba con determinación hasta la casa de su Alfa.

Habían concordado hacer limpieza profunda, además de reacomodar el cuarto que el padre Alfa de Namjoon usaba para dormir. Comenzaba a deprimirle el tener que escuchar los gemidos lastimeros llenos de dolor que su padre hacia por las noches cuando le encontraba abrazando la bata que su difunta madre usaba para andar en casa.
Toda aquella habitación transmitía la personalidad y gustos de su madre, ya era la hora de cambiar algunas cosas.

Por eso Jin cargaba consigo un catálogo con muebles y adornos para remodelar toda la habitación.

Aunque eran decisiones muy drasticas y dolorosas, sabía que ya era momento de seguir adelante.
No iba a llegar a ningún lado si solo se la pasaba encerrado en su habitación llorando por las noches.

Tocó el timbre del departamento.
Sí, Namjoon y su padre viven en un departamento que el matrimonio Kim compró durante su primer año de casados.

El omega esperó pacientemente, volteando de lado a lado observando con nerviosismo los pasillos grises del edificio.
Algo solitarios y fríos para su gusto.
Dió un brinquito asustado cuando la puerta se abrió de pronto.

El padre de Namjoon estaba tras la puerta, con una mueca cansada y una sonrisa de lado, se apartó un poco para que Jin pudiese pasar.

-¡Señor Kim!, ¿Cómo está? Mamá le envía algo de Kimchi y Bibimbap, ¡Oh! También hay un poco de salsa gochujang, creo.- dijo mientras entraba al departamento y revisaba la bolsa con recipientes que su madre le dió especialmente para el señor Kim.

En silencio, el alfa tomó la bolsa de tela y agradeció con una reverencia  y una pequeña sonrisa.
Jin no se inmutó, conocía lo serio y silencioso que era su suegro; pero eso no era impedimento para que él fuese ruidoso y alegre.

-Gracias Seokjin. Voy a guardarlo en la cocina.- dijo en voz baja, avanzando despacio hasta la cocina tamaño mediano al fondo del pasillo.

Esperó en el recividor unos segundos, desesperandose porque el señor Kim no regresaba de la cocina.
Escuchó movimiento en la sala.
Fácilmente pudo distinguir los pasos torpes y los movimientos de muebles que Namjoon  estaba realizando.

-¿Namie?

-¡En la sala!.- se escuchó el grito del alfa justo en el fondo.

Caminó hasta la sala, encontrandose con la imágen mas tierna del mundo.
Un alfa usando la aspiradora para eliminar todo el polvo de los sillones.
Ignorando las cajas vacias en el suelo y la ropa, avanzó hasta llegar junto a su alfa.

-¿Cómo estas?.- saludó Namjoon dejando un beso en su frente, dejando la aspiradora de lado y ayudando a Jin con las bolsas.

Husmeó un poco en estas, encontrando algunas botellas de detergente, aromatizante, limpiadores líquidos y unos cuantos paquetes de guantes, esponjas y trapos de tela nuevos.

-Estoy bien, ¿por donde empezamos?.- preguntó animado, retirando su sueter y empezando a sacar el delantal doméstico que trajo desde su propia casa.

-Creo que por aquí. Vamos a reacomodar y sacudir los muebles de la sala. Pasamos mucho tiempo aquí y creo que será lo mejor empezar con los  sillones.- explicó señalando los muebles desordenados y algo polvorientos.- ¿Papá te abrió la puerta?

-Si, mamá les mandó algo de comida y fue a dejarlo en la cocina.

-Oh, amo la comids de tu madre. ¿Qué mandó?.- preguntó, abriendo las bolsas negras para la basura y empezando a tirar los vasos vacíos de ramen instantaneo.

El Rarito De Los ParkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora