ESCAPE (AkuAtsu) +18

Capitulo 11. Albino y unico.

La noche llego.
Todo el día aquel omega encimoso estuvo detrás de él, hablando de un montón de cosas extrañas o de como había llegado ahí.
Amenazo con golpearle pero aun así no se quito de su lado.
Escucho decir a los omegas que hacia frío pero el por alguna razón sentía calor... ¿Se enfermaría? Ese seria un atraso terrible. Aprovecho la luz de la tarde para inspeccionar todo el sitio.
Sentía que debía arriesgarse para intentar salir por ese conducto, era grande y parecía dirigirse al exterior, a la salida; se escuchaban carros y algunas personas hablando.
Seria cuando lo trajeran ahí de nuevo, ya que debía conseguir cosas.
Y realmente no se sentía muy concertado.
--Mierda...-- Cuando los omegas se durmieron se pego a la puerta por donde lo habían metido, el dolor de cabeza seguia ahí, tenía demasiado calor y se sentía con cosquillas en el cuerpo.
No le habían inyectado nada recientemente, entonces ¿Que le pasaba?
--¿Akutagawa?-- levanto la vista rápido, ese omega Kenji estaba mirandolo, parecía adormilado.
--¿Que te sucede? ¿Tienes hambre? ¿Que...?--
El omega se quedo quieto un momento. Akutagawa le miro espectante.
De la nada el chico callo de rodillas, jadeando.
--¡N-no hagas eso!--
--¡Mierda! ¿hacer que?--
--Si sigues soltando así tus feromonas, los demás omegas querrán tenerte...-- se lo dijo en un tono de molestia, celoso.
Akutagawa parpadeo.
Su celo.
--¡Carajo!-- ¡Si, su celo! Puso sus manos en la cabeza y después tallo sus ojos con verdadera molestia, los alfas tenían celos una vez al año.
--¿Deberiamos...?-- sintió como el omega le tocaba sus piernas.
--Alejate de mi, no estoy bromeando. -- se sentía hostigado, y ese puto bozal no la dejaba respiras bien.
Unos golpes y traqueteos se escucharon del otro lado. La puerta parecía querer abriese.
Se levanto rápido y alerta, el omega permaneció en el suelo, confundido y aturdido.
Entraron los betas de la mañana.
--Tus manos...--
Tenían puestos unas máscaras, y parecían alertas. Atrás de ellos habían otros sujetos.
Akutagawa jadeo y estiro sus manos. Se sentía agresivo y quería someter a alguien...
--Mierda...--
--¿Este fue de tu gusto? -- hablo la chica, mientras recogía por el cabello a Kenji.
--¡Ah!-- parecía débil también, estaba sonrojado y pronto a activar su celo también.
--Llevenselos. -- entraron los otros hombres y tomaron a ambos con poca delicadeza, llevándolos a las celdas.
--Ahora lo entiendo, ah este le gusta los omegas siempre y cuando les cuelgue algo entre las piernas.-- comento despectivo un guardia.
No se sentía como cuando lo drogaban. No estaba mareado o algo así, al contrario, se sentía alerta y con todo esclarecido, solo que jodidamente caliente. Volteo a su lado y miro al omega, jadeante. Le quitaron el bozal y las esposas.
Abrieron su celda y empujaron a ambos dentro de ella, cerrando la puerta.
--Mierda...--
--Akutagawa...--Joder, nunca le habían llamado por su nombre tantas veces en solo día, pero aun así no quería mirarlo, tenía que mantener la compostura, porque no le daría lo que le pedía.
Se mantuvo de pie, firme, mirando a la pared, escuchando los jadeos del omega. Después solo silencio.
--Esto debe ser difícil para ti...-- Su voz se escuchaba nostálgica. Se acerco a el y le abrazo la espalda, tranquilo, sin intenciones malas.
--Alejate...--
--No te conozco, pero se que es duro. No tienes que tenerme, no cuando no eres tu.-- y se separo de el.
Camino hacia el otro extremo de la habitación y se sentó, abrazándose a si mismo.
Akutagawa por otro lado permaneció perplejo.
Eso fue rápido, y fue un buen gesto de su parte.
Ninguno de los dos quiere y los dos se esforzaban para que no pasara.
Le agradeció mentalmente. Era un buen omega.

***

Fueron 12 horas, 12 horas en silencio y algunos jadeos involuntarios.
Akutagawa no solo soportaba su ahora intensificado celo, sino también el sentimiento de no haberle tomado.
El ya se había ido. Fue rápido, solo se lo llevaron.
Se encontraba aturdido, debía admitir que si deseo poseerlo, pero también se sentía muy complacido por no haber caído en sus inmundos deseos. Había aprendido a dominarlos bien, sencillamente para no darle gusto a Morí y por que entendió rápido que ser un alfa incluía ese tipo de problemas.